Si hay que favorecer que los turistas vengan, que no parece que necesiten excusas, al menos, que toda la ciudad se vea un poco beneficiada con el trato. Qué menos
Poco a poco el veranín va tocando a su fin, y con ello la mayor parte de los turistas que han disfrutado de Gijón, y de Asturias, vuelven a sus quehaceres habituales y la presión turística disminuye. Y es justo en este momento de despedida del verano en el que los partidos que conforman el gobierno en coalición del Principado de Asturias, el PSOE e IU, han debatido y acordado poner sobre la mesa el soporte legal necesario para que, en un futuro – quizá ya el verano que viene- los Ayuntamientos astures que así lo deseen, puedan cobrar lo que todo el mundo denomina como “tasa turística”.
Vayamos por partes, puesto que es un tema que se presta mucho al desmadre de ocurrencias y medias verdades, y conviene intentar centrarlo. La tasa turística consiste, en general, en cobrar por la pernoctación a cada persona que se aloje en un hotel, casa rural, camping albergue, hostal o cualquier establecimiento legal en el que se pueda uno quedar. La tasa tiene un coste que varía en función del municipio que lo aplique. En las grandes capitales europeas puede alcanzar hasta 5,6 o 7 euros por noche, mientras que en zonas más pequeñas y con menor presión turística puede estar entre 40 o 50 céntimos por noche y persona. A partir de aquí cada municipio ha ido legislando a su parecer, por ejemplo, para incentivar el turismo de familias no cobrando a menores de X años, o que a partir de una semana de estancia deje de cobrarse, etcétera. Ese dinero lo recaudan los alojamientos donde se pernocta y luego repercute directamente en el Ayuntamiento. Es decir, estamos hablando de, pongamos en el caso de Gijón, un euro por persona y por día de estancia. Un euro de media, puesto que también puede variar la cantidad en función del rango (de estrellas o categoría) o del espacio en el que te alojes, como ejemplo: un euro en un hotel de cuatro estrellas, 20 céntimos en un camping. Este es el criterio general en toda Europa.
Y quiero arrancar con esto porque la vicealcaldesa de Gijón, la señora Ángela Pumariega, del Partido Popular, que parece que ya anda por la ciudad, ha sido de las primeras en responder que nada de eso hace falta en Gijón y que el sector turístico “está funcionando como un motor económico más”.
Quedémonos con estas palabras.
Por un lado, es difícil de entender que alguien se plantee dejar de hacer turismo por pagar un euro por noche, sobre una habitación que cueste 90 euros por noche, o 20 céntimos por una estancia de 30 euros. Es difícil, por no decir imposible. Porque, además, la señora Ángela Pumariega (que seguro que también viaja, como todas las demás personas) alguna vez habrá viajado desde Asturias, pongamos en avión. Pues le resultará llamativo y curioso que, en todos los destinos europeos, todos, a los que se vuela desde Asturias cobran tasa turística, o empezaran a cobrarla este 2024. Ya sea Ámsterdam o Milán, Lisboa o Dusseldorf, pagará una tasa, y no de un euro. Pero la cosa no escampa si decide quedarse por España: puede desplazarse tanto a ciudades que ya las cobran como Barcelona o Palma de Mallorca, como a las que están presionando a sus gobiernos regionales para hacerlo, ya sea Santiago de Compostela, Sevilla, Málaga, Cádiz, San Sebastián o Valencia. Con algunos ilustres alcaldes del PP a la cabeza.
Por otro lado, dando por hecho que nadie va a dejar de venir a Gijón por no pagar 12 euros durante una semana, el siguiente asunto que uno debe plantearse es que, si realmente la señora Ángela Pumariega quiere que el turismo sea un epicentro económico de Gijón, pues se entiende que la ciudad debería ganar dinero con ello, ¿no? Y digo la ciudad, digo las arcas municipales, porque si no, como es el caso de lo que pasa ahora, quien está ganando dinero con que la ciudad esté llena de turistas es únicamente la patronal hotelera y hostelera, y quiero pensar que cuando la señora Angela Pumariega defiende que haya turismo en Gijón, no lo hace solo para que la patronal de un sector se enriquezca, sino para que se beneficie toda la ciudad. Y parece que aplicar una tasa que solo pagarían los turistas, en función del alojamiento, y que el dinero quedase en el Ayuntamiento es una buena medida para lograr ese beneficio, ¿no os lo parece? Por eso chirría que renuncie a la tasa ya de entrada, porque esa tasa serviría para asumir los costes que ahora asume el Ayuntamiento cuando la ciudad está llena de turistas, los costes públicos de reforzar servicios de limpieza, servicios de seguridad ciudadana, servicios públicos en general cuyo impacto, y cuyo coste, asumen los residentes de la ciudad y no los turistas. Porque la señora Ángela Pumariega, al renunciar a una tasa de una cantidad irrisoria para un turista tipo que venga a Gijón una semana, pero que en conjunto supondrían un aporte significativo para las arcas municipales, y para el propio sector turístico, renuncia a que el Ayuntamiento de Gijón gane dinero, y defiende la postura de que se lucren los empresarios de la hostelería y el ocio turístico. Y hasta donde yo sé, a día de hoy, ella es representante público e institucional del conjunto de los gijoneses, no de los empresarios turísticos. Bueno, o al menos eso espero.
Parece que el hacer políticas de derechas tiene siempre que ir acompañado de hacer de menos a nuestra ciudad, tratarla como si fuera un honor que vinieran a visitarla, en lugar de reconocer que el honor es poder disfrutar de ella. Y si hay que favorecer que los turistas vengan, que no parece que necesiten excusas, al menos, que toda la ciudad se vea un poco beneficiada con el trato. Qué menos.
Excelente lo de cobrar una tasa turistica !
Los langreanos también deberemos pagarla por ir a la playa, sea en San Lorenzo,Rodiles o Bañugues ?
Tal parece que todo se reduce a recaudar,recaudar yvrecaudar
Excelente lo de cobrar una tasa turistica !
Los langreanos también deberemos pagarla por ir a la playa, sea en San Lorenzo,Rodiles o Bañugues ?
Tal parece que todo se reduce a recaudar,recaudar y vuelta a recaudar
¿Las bragas de Magali Franco Díaz?
Mucho decir que no queréis turistas pero luego no os quejáis cuando cogéis la pasta que os damos los inquilinos a los que alquilais vuestras viviendas.
El problema es que, como el resto de impuestos, la tasa no será «finalista» lo que quiere decir que el gobierno puede aplicar la recaudación a lo que le conviene.
El ejemplo lo tenemos en el automovil quecrecauda casi 40.000 millones al año en impuestos mas 500 millones en miltas de la DGT. Se paga impuesto cuando lo compras, cuando le echas combustible, cuando lo aparcas, para circular y ahora quieren sacar un peaje para las autovias cuyo mantenimiento cuesta 1400 millones al año.