Los que sufren este tipo de ataques son personas que «pueden tener miedo a exponerse con esa denuncia o a las consecuencias«
Ayer se celebró el día contra la LGTBIfobia, un mal que, lejos de desaparecer de nuestras vidas, aparece con demasiada frecuencia en las secciones de sucesos de los diarios. Todos somos conscientes de las grandes manifestaciones contra agresiones homófobas, como las sucedidas hace no mucho en Siero o en Oviedo. Pero no son las únicas.
En la Asociación asturiana de lesbianas, gais, transexuales y bisexuales (Xega) son más que conscientes de este problema. Desde que se profesionalizó el servicio de atención telefónica para este tipo de agresiones, han recibido más de cien llamadas y 18 denuncias. Este dato, hay que destacar, es de agosto del 2021 a diciembre. Para Yosune Álvarez, presidenta de Xega, es «la punta del iceberg». Desde la organización admiten que existe un gran número de agresiones que no se registran, que no terminan con una denuncia. ¿Los motivos? Los que sufren este tipo de ataques son personas que «pueden tener miedo a exponerse con esa denuncia o a las consecuencias. Sobre todo cuando son denuncias a vecinos o de situaciones vividas en la calle».
La profesionalización del servicio de atención telefónica es un punto clave para cambiar las tornas. Xega ya no trabaja con las impresiones que podían haberles llegado por diferentes causas, sino que, «ya podemos decir qué es lo que está pasando en las calles asturianas», afirma Álvarez. Este servicio «nos permite dar muchísima más cobertura. Poder trabajar desde los datos. Sistematizar», concluye la presidenta,