
Un futuro que comenzó a gestarse hace 25 años con la creación del Parque Científico y Tecnológico de Gijón. En aquel momento la iniciativa contó con el apoyo de todas las formaciones políticas gijonesas, aunque fue recibida con escepticismo entre nuestros vecinos
Queridos lectores: A los que tuvieron la gentileza de leer mi anterior columna (y los que no, pueden hacerlo en este enlace les hablé de las elecciones a nuevo presidente del Partido Popular de Gijón, en las que se impuso la candidatura de Andrés Ruiz frente a la de José Manuel del Pino. Ahora les toca trabajar a él y a todos los grupos políticos del Ayuntamiento mirando al futuro.
Un futuro que comenzó a gestarse hace 25 años con la creación del Parque Científico y Tecnológico de Gijón. En aquel momento la iniciativa contó con el apoyo de todas las formaciones políticas gijonesas, aunque fue recibida con escepticismo entre nuestros vecinos. “¡Qué ye! -se decía en la calle-.¿Qué van facer? ¿El ‘Silicon Valley’ de Xixón?” Pues no, algo mejor, porque el proyecto despertó desde el primer momento el interés de empresas grandes y pequeñas, que rápidamente se incorporaron a los terrenos de Cabueñes. Hoy nadie duda de que la idea ha sido un éxito.
Los datos (los últimos disponibles son de 2023) son alentadores: 216 empresas instaladas, con una facturación global de 1.719 millones de euros y un nivel de empleo que se situaba en 5.547 puestos, 947 de ellos directamente en I+D.
Pero no conviene dormirse en los laureles, sino aprovechar este cuarto de siglo para coger empuje y avanzar, pensando que el futuro puede -y debe- ser mejor. Eso es lo que pedimos a nuestros gobernantes, y eso es en lo que se está empeñando la Vicealcaldesa de Gijón, Ángela Pumariega que, como concejala responsable del área de Promoción Económica, tiene entre sus competencias la gestión de Gijón Impulsa y, por tanto, del Parque Científico y Tecnológico-Milla del Conocimiento Margarita Salas. Este equipamiento, tras 25 años convertido en un centro empresarial y de innovación de primer orden, está a punto de cubrir al completo su capacidad, con apenas dos parcelas todavía disponibles. Por eso Pumariega está sentando las bases no solo para su ampliación (un proyecto iniciado ya hace unos años y que, como desde el inicio del Parque, no es atribuible en solitario a ningún partido político, sino que todos los grupos lo apoyan como una actuación transformadora de la ciudad que es), sino para tomar como ejemplo su modelo e implantarlo en nuevos polos empresariales de Gijón,
La Real Academia Española, en su quinta acepción, define “polo” como un “punto destacado que atrae la atención o el interés”. Hay entidades que apuestan por instalarse en La Milla del Conocimiento, como la Universidad Europea de Madrid, en lo que será el primer campus privado de Asturias: Más de 7.000 metros cuadrados de instalaciones, una inversión de 28 millones de euros en seis años y la creación, inicialmente, de más 400 empleos. Y suma y sigue: Pumariega apuesta por que Gijón cuente con lo que ella llama el Triángulo Estratégico de la Innovación. En él, además de la ampliación, incluye Naval Azul , que permitirá abrir a la ciudadanía un espacio privilegiado de nuestra fachada marítima, y hará que el barrio de El Natahoyo vuelva a mirar a un mar que tiene a unos cientos de metros y del que lleva más de un siglo separado. Y, más, a largo plazo, recuperar otra emblemática empresa del pasado industrial de nuestro concejo, como es Mina La Camocha. Ya hay presupuesto este año para encargar un estudio sobre su viabilidad y posibilidades. Y más proyectos que irán saliendo.
Ello tendrá, además, una consecuencia muy positiva: que se reducirá el número de “leyendas urbanas” que llenan trenes y autobuses viernes y lunes. ¡Ojo! No se trata de eliminar ese flujo; Es muy positivo, yo diría que necesario, salir de la zona de confort para forjarse como científicos, técnicos o juristas. Seguir ampliando sus conocimientos en otras latitudes es fantástico. De lo que se trata es que los que se van puedan volver, trayendo con ellos sus experiencias y saberes. Eso es enriquecedor para toda Asturias. Pero ese objetivo no se conseguirá si no hay empresas, universidades y centros de investigación que acojan a los grandes profesionales que tenemos repartidos por el mundo.
Como les dije al principio de este artículo, ahora nos toca a todos, políticos y ciudadanos, trabajar mirando al mirando al futuro. Que, no lo olviden, ES EL FUTURO DE GIJÓN. A todos ustedes, si me han leído hasta aquí, muchas gracias. Les espero.