El 25 de mayo de 1808 la Junta General se proclamó soberana y declaró la guerra al ejército francés invasor, primer momento en el que se empleó este emblema creado a partir de un informe de Jovellanos solicitado años antes por el marqués de Camposagrado

Fue en 2022 cuando el presidente Adrián Barbón se refirió de manera directa al 25 de mayo, fecha demandada por diferentes sectores desde la Transición, en especial desde el asturianismo, para conmemorar el Día de Asturias en cuenta del 8 de septiembre, Día de la Santina, como el Día de la Bandera. Tres años después, en el acto institucional que instauró por primera vez en 2021 su Gobierno para recordar este hito en la historia de Asturias después de décadas de olvido por parte de la Administración autonómica, anunció esta mañana el traslado a todos los grupos parlamentarios de una propuesta de «regulación por ley de este día 25 de mayo como Día de la Bandera de Asturias, y de todos los reconocimientos que en torno a este día puedan realizarse».
«Téñome por optimista, pro nun esperaba tanto respaldo. Valíu con rascar un pouco a costra morta del esqueicemento pra qu’os acontecementos de 1808 recobraran el reconocemento que nunca deberon perder, como úa fogueira mal apagada que namáis espera un sopro de vento pra revivir», expresó a continuación en eonaviego el lavianés, para después destacar que «el 25 de mayo de 1808 é úa fecha pral arguyo d’Asturias». «El Día de la Bandera nun tien que quedar nuna llección d’historia, por más apasionante que seya. Tien que ser una convocatoria pal porvenir», continuó en asturiano, para lo que hay que «cuntar cola mocedá, por facela protagonista, por asitiala nel centru del nuestru proyectu como sociedá». En el acto sonó la nueva versión de la ‘Marcha de Brañes’, creada por el gaitero Xuacu Amieva en colaboración con el joven artista multidisciplinar Ferla Megía, melodía de un vídeo publicado hace dos semanas por el Gobierno con la bandera de Asturias como protagonista.
Este emblema se utilizó por primera vez tras los acontecimientos de mayo de 1808, cuando, el 25 de mayo, la Junta General se declaró soberana, levantándose contra los franceses, por lo que se creó un ejército defensor asturiano y se enviaron embajadores a Inglaterra. Ésta se basó en un informe de Gaspar Melchor de Jovellanos por encargo del marqués de Camposagrado en 1794, donde proponía el mismo símbolo que el de la monarquía asturiana, la cruz de la victoria, plateada con las letras alfa y omega, y fondo azul o rojo. Sería la Junta General convertida en Junta Suprema la que tomaría esta propuesta del ilustre gijonés como emblema, escogiendo el primer color.
Con el paso de los años, y pese a la supresión definitiva de la institución asturiana en 1835, la bandera asturiana siguió utilizándose como símbolo de la diputación provincial así como en diferentes momentos de la historia, como en los tiempos del Consejo Soberano de Asturias y León. Sería en la década de los 70 cuando Conceyu Bable abrió el debate sobre la enseña asturiana, en un momento en el que se abría un nuevo escenario político, que la nueva Junta General autonómica no declararía oficial hasta 1990.