«Oh!, si todo el mundo pintara! Si así fuese, la Humanidad sería más buena»
Evaristo Valle
Solo algunos pocos artistas como Evaristo Valle son capaces de concebir la pintura como poesía. De desbordante imaginación y viveza expresiva, el artista gijonés se convirtió en un valor excepcional dentro de la pintura española. Conocido por muchos por sus Carnavaladas, auténticos torbellinos de color y de misterio, y también por su carácter introvertido y su agorafobia, aún son muchos los secretos que el pintor guarda. Desde el Museo Evaristo Valle llevan 40 años intentando descubrirlos. Sus investigaciones y estudios revelan que Valle fue mucho más que la imagen tradicional que se tiene de él y que su formación es también sinónimo de modernidad, tanto que “fue el pintor que introdujo las vanguardias pictóricas en Asturias”. Más de un siglo después de su nacimiento, “las investigaciones sobre Valle siguen siendo constantes porque no deja de sorprendernos”.
Los inicios de Valle en la pintura
Evaristo Valle nació en Gijón el 11 de julio de 1873. Desde muy pequeño, la pintura se convirtió en su principal vocación. De hecho, con solo 2 años ya hacía sus primeros dibujos. Y a los 10, durante la estancia con sus padres y sus hermanos en Puerto Rico, comenzó a pintar sobre tablas todo lo que veía sobre la mesa.
En 1897 sus primeras caricaturas se publicaron en ‘La Saeta’ de Barcelona.Y en 1898 se trasladó por primera vez a París. Viajó allí dos veces más, hasta que en 1911 regresó definitivamente a Gijón. Aquellos años le sirvieron para formarse, impregnarse de las nuevas corrientes y convertirse en el artista de los que más tarde todos hablarían. En 1911 se encerró en su casa de Gijón y no volvió a pintar hasta cuatro años después. Desde entonces las exposiciones y reconocimientos se sucedieron, y pudo ver cumplidos algunos de sus sueños como exponer en Estados Unidos. Él fue, junto con Nicanor Piñole, el gran artista de su generación.
¿Cómo influyó Paris en el pintor gijonés?
Valle se formó como pintor al calor del París de 1900, con la Torre Eiffel recién inaugurada y el cinematógrafo de los Lumière sorprendiendo a los millones de visitantes que por entonces acudieron a la Exposición Universal. En este ambiente de aprendizaje idóneo, la ciudad de la luz reunió y consagró a algunos de los artistas más importantes del pasado siglo: Camille Claudel, Guilaume Apollinaire, Pablo Picasso… y también Evaristo Valle.
En ese París de la primera década de siglo, Valle transitó como autodidacta entre el postimpresionismo, el simbolismo y el expresionismo. Gretel Piquer, historiadora de arte y experta en el artista gijonés, explica que “buscaba sus motivos en los cafés, los teatros y las escenas diarias”.
Evaristo Valle se formó como autodidacta en París entre el postimpresionismo, el simbolismo y el expresionismo
Y un buen ejemplo de esos motivos pueden contemplarse en las primeras obras de muchos de los lienzos que más tarde reutilizó. Piquer cuenta que “estudiamos las obras con rayos x para conocer sus estados anteriores. Algunas de ellas ya se conocían por fotografías tomadas por el propio Valle o artículos de prensa, pero otras eran totalmente desconocidas”.
Y lo que más llama la atención de esas primeras obras sobre las que más tarde volvió a pintar es que “la obra final es mucho más conservadora que lo que Valle termina ocultando debajo”. Un ejemplo, el retrato de su abuela Doña Benita con gama de marrones e influencia de Rembrandt pintado sobre el retrato de una mujer joven en el París vanguardista y mucho más moderno.
Valle reutilizó muchos de sus lienzos, y lo que más llama la atención es que la obra final es mucho más conservadora de lo que el artista termina ocultando debajo
Toda esa modernidad también llegó a Asturias gracias a él. Su regreso a Gijón permitió que muchos jóvenes artistas asturianos conocieran de su mano las vanguardias de la capital francesa. Aunque su papel en la región fue más allá del arte, tal y como explica Piquer. “Era un hombre muy curioso, constantemente en contacto con los ambientes artísticos, preocupado por lo social y al que se le va a reclamar como gestor cultural”. En definitiva, un dinamizador de la vida cultural del Gijón y Asturias de la época.
40 aniversario de la Fundación Museo Evaristo Valle
La Fundación Museo Evaristo Valle, constituida en 1981, es fruto del cariño y la generosidad de María Rodríguez del Valle -sobrina del pintor- quien desde su muerte en 1951 atesoró con admirable celo obras, objetos personales y documentos del artista que hoy integran los fondos del museo, abierto al público en marzo de 1983.
Desde su inauguración el objetivo siempre ha sido el mismo: conservar, estudiar y difundir la vida y la obra de Evaristo Valle. Pablo Basagoiti, responsable de comunicación de la Fundación Museo Evaristo Valle, sabe que “aún queda muchísimo por hacer, y estos 40 años serán la base de los 40 siguientes”.
En estas 4 décadas han vivido innumerables situaciones, pero ninguna tan difícil como la del último año. Las restricciones por la pandemia del coronavirus han hecho que las ventas en la taquilla caigan un 75%. “Ha sido un desastre. Cada año teníamos 5.500 escolares, y este no ha podido venir ni uno”. Además, “todos los proyectos culturales se han visto retrasados, el ciclo de conciertos de verano tuvo que ser suspendido y las visitas guiadas solo pueden hacerse con aforo reducido”.
Durante el 2020 las ventas en la taquilla del Museo Evaristo Valle cayeron un 75% debido a las restricciones por la pandemia
Por todo ello, el 29 de enero no pudieron realizar ningún acto especial para conmemorar el 70 aniversario de la muerte del pintor. Tampoco este 5 de marzo, cuando se cumplen los 38 años de su apertura al público. Todas las miradas del museo están puestas ahora en 2023. “Será el 150 aniversario de Evaristo Valle y estamos trabajando para organizar una gran exposición retrospectiva con repercusión nacional”.
Los secretos de los jardines del Evaristo Valle al descubierto
Los jardines del Museo Evaristo Valle, con una extensión de 16.000 metros cuadrados y con más de 120 especies diferentes de árboles y arbustos en su mayoría centenarios, conservan todo el carácter y el encanto de la época.
Su especial fisionomía actual se debe tanto a William Perlington Mc Alister, vicecónsul de Inglaterra en Gijón, que adquiriría la finca en 1885, como a María Rodríguez del Valle, sobrina del pintor que lo conservó. Dice Basagoiti que “destaca por su interés paisajístico y botánico, pero también por su historia”. Y eso es lo que llevó a TVE a incluirlo en el programa ‘Jardines con historia’, un espacio dedicado a los jardines más emblemáticos del patrimonio. Para el museo “es una satisfacción enorme, ya que solo han elegido 15 jardines de todo el país y somos, además, el único en Asturias”.
Un logro más para la Fundación Museo Evaristo Valle, que lleva 40 años dedicados al pintor gijonés. El deseo es que solo sean los primeros, ya que como asegura Basagoiti “queda Valle para rato”.
Querida María Lastra muchísimas GRACIAS por su articulo, nos ha encantado la pasión de sus palabras hacia nuestro fundación museo, nuestra fundadora y Evaristo Valle.
Muy agradecidos
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