En el Centro Asturiano de México había una disputa entre oviedistas y sportinguistas en cuanto a qué club debería ir a jugar al país azteca
La gira americana del Sporting supuso un éxito rotundo en cuanto a repercusión mediática para, hasta entonces, un modesto club del norte español
Dice el nuevo presidente sportinguista, Alejandro Irarragorri (nada que ver con el primer goleador de la selección en un Mundial, pese a la coincidencia en el apellido) que el Sporting podría disputar un encuentro contra el Atlas en México. En el año 1952, el Centro Asturiano de México decide organizar algún tipo de actividad extra, a petición de varios socios y sustentado por el importante superávit económico que tenía la entidad, así que Antonio Blanco Isoba, a la sazón vocal de deportes de la citada entidad, propuso traer a un equipo asturiano a disputar unos partidos a su país de acogida.
El problema estaba en decidir cuál de los dos principales equipos asturianos debería jugar en el país azteca. Los socios del centros estaban divididos e incluso se planteó por parte de algún directivo la posibilidad de dirimir la cuestión por la vía de la votación. Pero nuevamente Blanco Isoba, que era un apasionado aficionado oviedista, tuvo una idea que todos aceptaron. Para acabar con la disputa entre oviedistas y sportinguistas en cuanto a qué club debería ir, se acuerda que el equipo invitado será el que mejor clasificación obtenga al término de esa temporada. Sporting y Oviedo estaban ambos en Primera División y al finalizar la temporada 1952-53 el primero quedó en séptima posición y el segundo lo hizo en novena. El presidente del Centro Asturiano, Laureano Carús Pando -originario de Caravia- y el citado vocal de deportes Antonio Blanco Isoba -natural de Campo de Caso- son quienes realizan las gestiones para organizar la llegada y estancia del club rojiblanco a la capital mexicana.
El Centro Asturiano de la Habana se incorporó posteriormente al proyecto. Era preceptivo que la Federación Española de Fútbol autorizara las giras al extranjero de los distintos equipos. El Sporting partió hacia Cuba pensando que disputaría diez partidos, pero sin saber las fechas de los mismos, por lo que su salida venía únicamente oficializada hacia la isla caribeña, gestionando la mexicana desde allí, una vez se supieran los plazos y encuentros a disputar. Cuba sería el primer destino de la gira y, mientras tanto, los partidos a disputar en México se irían cerrando mediante las gestiones de Antonio Blanco, que contaba con numerosos contactos debido a su profesión como empresario del sector peletero. El 26 de julio en Guadalajara el Sporting caería derrotado ante el Chivas por 3 a 1. En la misma ciudad, el 29 de julio el Sporting derrotaría al Atlas por 0 a 2 y cerraría su gira en la Ciudad de México el día 2 de agosto, empatando 1 a 1 contra la selección nacional mexicana. Los tres partidos fueron pactados gracias al citado trato que Antonio Blanco tenía con directivos de los clubes implicados y de la federación mexicana. No en vano, el asturiano era amigo del presidente de la citada federación y de Fernando Alvo, directivo del Atlas, que le ayudó a gestionar la disputa de ambos partidos en Guadalajara.
Y si la primera parte de la gira americana (la disputada en Cuba) fue un fracaso, especialmente a nivel organizativo, la segunda resultó un rotundo éxito. Hay que añadir que, además, el Atlas se había proclamado pocos años antes, en 1950, Campeón de Campeones en el estadio Parque Asturias, propiedad del Centro Asturiano de México y casa del conjunto Club de Fútbol Asturias (vencedor de tres ligas y cinco copas mexicanas).
El balance final de la gira americana se cerró con seis encuentros jugados, tres victorias, un empate y dos derrotas y supuso un éxito rotundo en cuanto a repercusión mediática para, hasta entonces, un modesto club del norte español.