“Llevaremos la porquería a la plaza Mayor o la Escalerona para denunciar la contaminación”, afirma el presidente de la AVV de Veriña
Viven en el epicentro de la contaminación que sufre la zona oeste de Gijón y quieren hacer ver su hartazgo ante el incumplimiento permanente de la ley por parte de las industrias y la inacción de las administraciones. “Queremos explicarle a los ciudadanos lo que está ocurriendo en esta zona, insistir en que nos enfrentamos a un grave problema de salud y nos están matando”. Así resumía la situación Carlos Árias, presidente de la asociación de vecinos Alfonso Camín de La Calzada, durante la asamblea convocada por la Plataforma del Lauredal a la que asistieron un centenar de vecinos y presidentes y representantes de otros colectivos vecinales como Jove, Veriña o la FAV. Desde la mesa encabezada por Xurde Lains, portavoz de la plataforma, se plantearon dos temas: el abandono que sufre el barrio desde que estalló la burbuja inmobiliaria en el año 2008 y sobre todo, de la contaminación. Los vecinos del Lauredal quieren “hacer ruido” e iniciar movilizaciones “conscientes que somos Don Quijote contra los molinos de viento pero lo que tenemos que hacer es cabalgar. No nos pueden quitar el derecho al pataleo. Llevaremos la porquería a la plaza Mayor o la Escalerona para denunciar la contaminación”, dijo José Luis Nicieza, presidente de la AVV de Veriña.
A propuesta de esta agrupación vecinal, se aprobó poner en marcha una campaña de recogida de firmas contra la contaminación para entregar en el Ayuntamiento, con el compromiso de que en los próximos días, los presidentes de las asociaciones del oeste se van a reunir para consensuar el texto de la campaña y ya de paso, tomar las riendas para encabezar y organizar las movilizaciones. Ángela Menéndez, representante de la Federación de Asociaciones de Vecinos, anunció que esta entidad que agrupa a todo el movimiento vecinal, va a convocar una manifestación para el próximo 6 de mayo. Por su parte, los vecinos del Lauredal, empezarán a colgar de sus ventanas trapos negros como forma de protesta.
Del “efecto óptico” del humo de Arcelor a los “medidores estropeados” del benceno
Vecinos y representantes vecinales se confesaron “muy quemados” en el transcurso de la asamblea ante la falta de medidas y compromisos para frenar la contaminación que sufren. Desde la Plataforma de El Lauredal, se exigió al movimiento vecinal y las administraciones que “obliguen al cumplimientos de los límites que marca la ley”. Los ánimos se caldearon más aun cuando los representantes vecinales desvelaron parte del contenido de las conversaciones del encuentro que mantuvieron esta semana en el Ayuntamiento de Gijón en el que la representante de la multinacional siderúrgica alegó que “el humo que captan las fotografías saliendo de las chimeneas de Arcelor, es un efecto óptico” mientras que miembros del Gobierno local, señalaron a la “calima sahariana”. “Nos han mentido tantas veces que yo ya no me fio”, contó Carlos Árias, presidente de la asociación de vecinos de La Calzada. “Cuando hace unos días se dispararon las mediciones de benceno, nos dijeron que los medidores estaban estropeados”. Luisa Suárez, hostelera, miembro de la Plataforma y enferma de asma, tampoco se cree ya las “mentiras” ni las “excusas peregrinas”. En el centro de Salud de La Calzada, cuenta, “saben de sobra lo que hay. La última vez que fui por urgencias me preguntaron: «¿Qué pasó ahora? Yo les contesté: “Que sigo viviendo en El Lauredal».