Todos aquellos que lo tenéis claro, por militancia o por ideología, poco os tengo que decir. Vuestro voto está asegurado para cada una de las opciones políticas


Queda ya menos de una semana para que se decidan las elecciones municipales y regionales. Es el momento en el que muchos de nosotros nos hacemos la pregunta que pone nombre al artículo y que, en ocasiones, no resulta fácil responder. Ni mucho menos.
Pese a las numerosas encuestas que estas últimas semanas han ido apareciendo, bueno y las que no han aparecido que realizan los partidos políticos para su propio “deleite”, es difícil discernir cuánto va a pesar el voto de la gente que duda, o de la gente que puede que vaya a votar y puede que no.
Y en un escenario tan plural como el que se plantea en Gijón este hecho es determinante.
Este artículo, más que explicar un asunto o poner sobre la mesa un punto de vista, es una reflexión en voz alta de cómo uno acaba decidiendo a quién votar.
En Gijón parece que hemos de asumir que hay un número importante de gente que no le ha parecido bien el gobierno vigente del PSOE y de IU. Claro, estas personas, en su inmensa mayoría habrán votado al resto de opciones políticas y, por tanto, sea por una cuestión u otra, no iban bendecir un gobierno de otro tinte. Me diréis que hasta cierta gente del propio PSOE lo ve así. Y me temo que os daría la razón a la vista de la campaña de Floro y el papel del PSOE actual, que ha decidido eliminar todo lo que huela al mandato de Ana González. Flaco favor a la izquierda de esta ciudad.
Pero sigamos.
Este desbarajuste del propio PSOE lo han visto los partidos de la oposición, especialmente FORO que ha recuperado a su figura más representativa por tres motivos. El primero para que el aumento de los votantes de la bancada de la derecha se vaya a FORO y no al PP. En segundo lugar, para recolectar los votantes de Ciudadanos que, en esta ciudad, es un voto muy poco de centro y muy mucho de derechas. Y, en tercer lugar, para pescar algo de voto desencantado del PSOE, que nunca votarían a otra opción en la derecha, pero igual si a Carmen Moriyón.
Pero todo esto solo sirve para hacernos una idea de quién de los dos podría ganar, pero no quién de los dos acabará gobernando. Y con esta incertidumbre toca pensar a quién votar.
Todos aquellos que lo tenéis claro, por militancia o por ideología, poco os tengo que decir. Vuestro voto está asegurado para cada una de las opciones políticas.
Pero seguimos poniéndonos excusas para rehuir la pregunta.
Yo pienso en mi situación vital, persona sin muchas cargas familiares, asalariado, que puede vivir más menos dignamente e irse de vacaciones. Una de las decenas de formas de familia que existen, no lo olvidemos, y dejemos ya atrás los tópicos de familias tradicionales que carecen de sentido en la sociedad actual.
Pienso en qué votar y pienso por tanto en lo que me importa que exista en nuestra sociedad, y también a mí personalmente, teniendo en cuenta que estamos hablando de unas elecciones locales, con las competencias correspondientes. Es decir, hay asuntos vitales de mi vida que no va a decidir esta papeleta (al menos directamente, ya me entendéis), como la educación o la sanidad.
Pero sí va a decidir la calidad de los servicios asistenciales del Ayuntamiento, sí va a decidir qué voy a poder ir a ver al Teatro Jovellanos, sí va a decidir si mi ciudad va a poder al menos plantearse que el aire que respiramos no es el adecuado (porque no veo a nadie aún en el punto de asumir que esto ha de pararse ipso facto) o de, directamente, dejar este asunto olvidado. Sí va a decidir mi voto si el Ayuntamiento tira más por adecentar el entorno de la Calzada y del Natahoyo o el de Cabueñes y Somió. Sí va a decidir mi voto si estoy dispuesto a que señoras y señores que pueden disponer de instalaciones privadas de deporte decidan sobre el Patronato Deportivo Municipal. Sí va a decidir mi voto si existe la posibilidad de que el Servicio de Ayuda a Domicilio exista, sea de mejor calidad, o no sea así, o lo sea a medias. Si va a decidir qué rumbo siguen las empresas públicas que trabajan para nuestro municipio y sí, claro que sí, va a decidir si la movilidad dentro de nuestro municipio se adapta al tiempo en que vivimos o se queda anclada en el siglo pasado.
Pero ya sé que esto no es tan así, lo sé muy bien. Sé que partidos políticos que esgrimen mejoras para la ciudad luego no las ejecutan. Sé muy bien que partidos que dicen defender el medio ambiente luego no hacen ni el huevo teniendo la oportunidad. Sé bien que aquellos que no se cansan de repetir que bajarán los impuestos, no lo harán, primero porque no pueden y segundo porque luego el resto de servicios de la ciudad se caerían en cadena. Lo sé.
Lo sé y pese a todo ello es necesario acudir a votar. Sea el que sea el sentido de vuestro voto, y amparándoos en los motivos personales, políticos o de sociedad que creáis oportuno, es necesario emitir vuestro voto para que Gijón perfile su futuro en función a lo que decida la mayoría de las personas que pueden votar.
Y sí, no he respondido a la pregunta, no porque yo no sepa a quién votar, sino porque esa pregunta tiene tantas respuestas como lectores sois, tantas justificaciones como votantes, y tantas explicaciones como circunstancias personales. No pretendía saber a quién votáis, perdonadme, solo pretendía saber si votáis.