Asociaciones y colectivos se preparan para plantar cara en las calles a la entrada de Vox en las instituciones, la proliferación de discursos fóbicos y la escisión fruto de la ‘Ley Trans’
POR PAULA G. LASTRA Y BORJA PINO
Son tiempos de inquietud, duda e, incluso, temor para quienes integran ese amplio espectro de la sociedad definido por las siglas LGTBI. Permanentemente en lucha para conseguir algo tan aparentemente simple, a la par que esquivo, como el reconocimiento de unos derechos análogos a los de cualquier otro ciudadano, el colectivo expresa su temor al apuntalamiento de Vox en las instituciones. Los resultados electorales del 28M han ensombrecido, señalan, un panorama salpicado de victorias, sí, pero también condicionado por un progresivo retorno de la intolerancia colectiva hacia todo lo alejado del modelo heterosexual. Y tal percepción no es, ni mucho menos, nueva. Por eso, este Día del Orgullo tiene para las asociaciones y colectivos que operan en Asturias una significación especial. A apenas un mes de los comicios generales, las entidades del sector están decididas a dar la batalla en las calles para impedir o, como mínimo, entorpecer el retroceso de sus derechos.
Yosune Álvarez (XEGA): «La entrada de Vox provoca temor, pero no solo en el colectivo, sino en todo lo que tiene que ver con derechos sociales»
Hablar de la historia del movimiento LGTBI en Asturias es hablar de XEGA. Fundada en 1992 por varios activistas y profesores, entre los que se encontraba Julián Alonso, Tino Brugos, José Manuel González y Adolfo Saro, la organización cumple 30 años defendiendo la diversidad sexual y los derechos de las personas LGTBI. Tres décadas en las que el avance ha sido evidente, especialmente con la aprobación del matrimonio homosexual en 2005, el cual ha brindado mayor visibilidad y reconocimiento a este colectivo. Yosune Álvarez, la presidenta de XEGA, reconoce el impacto de estos logros, y señala que «el orgullo significa más que nunca el orgullo de ser, el orgullo de amar y el orgullo de vivir en libertad».
Sin embargo, en medio de estos avances, surge una preocupación: la incursión de Vox en los gobiernos. “La entrada de Vox provoca temor, pero no solo en el colectivo, sino en todo lo que tiene que ver con derechos sociales. Por eso, debemos seguir saliendo a la calle, seguir visibilizándonos en todos los aspectos”, explica Álvarez. El proyecto de Ley LGBTI autonómica, ya sobre la mesa, es uno de los puntos a los que, sospecha, el partido atacará con mayor fiereza. Ante ello, la presidenta de XEGA exige “la madurez política suficiente” como para llegar a consensos en los que no sea necesario contar con el partido verde.
En la calle, explica, algo ha cambiado también en los últimos años. “Antes a la gente le podía gustar más o menos ver una pareja homosexual en la calle, pero se callaba. Los insultos, las agresiones, están ahí. Y ahí está, también, el discurso de odio que vemos cada día en política”. Por eso, este fin de semana llama al colectivo a movilizarse, una vez más, en la celebración del Orgullo y deja un recado a la administración: “Hay que trabajar por el colectivo, y para ello no es necesario invertir más dinero, sino que los servicios que ya existen tengan en cuenta la realidad LGTBI”.
“El Orgullo seguirá siendo necesario mientras sigamos viviendo agresiones”, reivindica, mientras lanza un llamamiento a no instalarse en la negatividad. Y es que, insiste, “no vamos a estar peor que en otras épocas históricas en España. No vamos a llegar ahí”.
Carjul García-Bernardo (Disex Asturies): «A los 14 años los chavales ya han visto de todo en el porno, pero nadie les ha hablado de educación sexual ni de diversidad»
Disex Asturies nacía oficialmente en 2015, pero su activismo se remonta a mucho atrás. Y es que esta asociación surge como una escisión de XEGA joven, cuando la organización era la única LGBTI en toda Asturias. El discurso de Disex era entonces más inclusivo que el de la veterana asociación asturiana, a la vez que buscaban dar cabida a la participación de las personas más jóvenes. Así lo explica Carjul García-Bernardo, presidenta de Disex. “Somos una organización horizontal, tenemos cargos porque administrativamente es necesario, pero el voto de cada persona, aquí, vale lo mismo”.
Desde su creación, la evolución vista en las instituciones respecto al colectivo no tuvo pegas hasta “el año pasado. No es que se haya parado la evolución, es que hemos ido hacia atrás”, defiende. A pie de calle también se nota la radicalización. Explica García-Bernardo, que “nos encontramos desde personas que tratan con toda normalidad al colectivo hasta quienes nos aconsejan que, estas cosas, mejor en casa”.
Una vuelta al armario por la que no piensan transitar, pero que se ve respaldada por discursos de odio “en política y medios de comunicación”, que alimentan esas opiniones. E insiste: “No podemos validar discursos de odio. Un discurso que oprime nunca se puede validar”. Quizá lo que más sorprende a la asociación, estando precisamente formada por personas jóvenes, es la radicalización de la juventud. Frente a ella, exigen una intervención más temprana en los colegios donde aprender nuevos modelos relacionales. “Vemos que llegamos tarde. A los 14 años los chavales ya han visto de todo en el porno, pero nadie les ha hablado de educación sexual, de la diversidad, de cómo tratar y respetar a una persona con la que tienes una relación, más si esta es de índole afectiva”.
La asociación abre la puerta a reunirse con todos los partidos políticos: “Vox nunca ha respondido a nuestras invitaciones. Sin embargo, siempre que sea en un clima de respeto, estamos dispuestos a reunirnos con todos y debatir”, pero asume que la colaboración con el Ayuntamiento será menor en estos cuatro años. La Ley Trans autonómica la dan por “perdida”, pero la lucha del colectivo continúa, en especial por las personas en una situación más vulnerable: las personas trans y las mujeres lesbianas. Las primeras, señala Carjul, son quienes se están llevando “las peores consecuencias físicas y agresiones”, mientras que las lesbianas “vuelven a esa invisibilización de antaño, con los problemas psicológico que ello puede acarrear”. Este Orgullo la entidad, de ámbito regional, saldrá de nuevo a las manifestaciones de Oviedo, Gijón o Avilés para exigir sus derechos y recordar, entre otras, los atropellos que la UE está permitiendo en Hungría o Polonia contra el colectivo.
Eva Irazu (Red Educativa): «El concepto de masculinidad se forja en la adolescencia, y las ideas intolerantes que están rebrotando lo condicionan»
Nunca se repetirá lo suficiente, ni dejará de ser un concepto válido, que la única manera eficaz de propagar en la sociedad las ideas de la tolerancia, el respeto y la igualdad plenas es a través de la educación, y a partir de edades tempranas. Un mantra que, de hecho, figura entre los principios fundacionales de la Red Educativa de Apoyo LGTBI+ de Asturias. Constituida en enero de 2022, en este año y media de vida el colectivo que preside Eva Irazu ha hecho propia la cruzada por incorporar la diversidad sexual en los centros educativos de la región, tanto en lo referentes al alumnado como al profesorado. «Muchas veces nos hemos encontrado conque, ante problemas en ese sentido, no sabíamos cómo acompañar a los afectados, a sus familiares, a los docentes que lo sufrían…», recuerda Irazu. Por eso, hasta la fecha lo que más atienden son consultas puntuales, aunque aún de manera tibia; y es que, con sólo dieciocho miembros oficiales, aunque reforzados por un amplio número de colaboradores, «todavía estamos en fase de crecimiento. Nuestro objetivo ahora mismo es expandirnos».
Quizá esa relativa bisoñez como organización les ha impedido analizar aún el impacto de la conformación de los nuevos gobiernos, si bien «las percepciones individuales son de melodrama». De hecho, el gran temor entre Irazu y sus representados es «que crezca la intolerancia, y que lo poco que hemos avanzado en años de lucha se pierda. Ha habido una evolución clarísima, es innegable, pero ahora se escuchan ideas que antes la gente no se atrevía a expresar». Y ese hecho resulta especialmente condicionante en el caso de los alumnos, sobre todo en aquellos que cursan Secundaria. «Cuando llegan a la adolescencia, los hombres crean su concepto de masculinidad por oposición a lo femenino. Y, con la cantidad de impulsos intolerantes que están recibiendo, ruto de ese rebrote, nacen el machismo, la homofobia, la transfobia…», plantea.
Por fortuna, este escenario cuenta con un polo positivo: el del cierre de filas ante una amenaza común. «Todo esto, unido a la entrada de Vox en el gobierno de Gijón, nos tiene que unir más que nunca, y es en el Día del Orgullo cuando tendremos que demostrarlo», reta Irazu. Porque para ella, como para tantos miles de personas que apoyan su causa, sólo así, dando la batalla en la calle, se podrá parar los pies a un enemigo que «suele actuar de forma ladina, sin prohibir, pero sí dificultando. Lo estamos viendo en Castilla y León; no suprimieron la ley del aborto, pero sí están poniendo las suficientes trabas como para que sea muy difícil acogerse a ella. Tenemos que ponernos las pilas, y denunciar tanto lo evidente como lo menos obvio».
María Ángeles Fal (Llar Trans): «Se está instalando una irresponsabilidad política que asusta; tememos que la derecha cumpla sus amenazas»
Hace ya quince meses, en marzo de 2022, las inquietudes particulares de la comunidad ‘trans’ asturiana, así como de sus allegados y aliados, dieron a luz la que es, proporcionalmente, la asociación con la media de edad más baja de cuantas operan en el Principado: el Llar Trans. Y lo cierto que es que su juventud, en todos los sentidos, no le ha impedido cosechar un éxito notable; hoy por hoy cuenta con una fuerza activa de unas 35 personas, cuyas edades oscilan entre los siete y los veintinueve años. «Eso nos da mucha vidilla», ríe María Ángeles Fal, fundadora y presidenta, que dio el paso como una forma de «ayudar al acompañamiento de las personas transexuales, que muchas veces se desconoce, pero sin ser una entidad gueto. Aquí tiene cabida absolutamente todo el mundo, sea ‘trans’ o no».
Fal sabe de lo que habla. En la brecha desde hace más tiempo que el que tiene el Llar, ha visto con alegría como «las personas ‘trans’ dejaban de ser los bichos raros o los enfermos, a ojos de la mayoría de la sociedad; pienso que esa es la tendencia a futuro». Y eso que, a su juicio, todavía persisten «prejuicios, como ocurrió hasta 1995 con la Ley de Vagos y Maleantes, que dejó un rechazo hacia quienes no tienen trabajo que todavía sobrevive en el subconsciente». Afortunadamente, entre los jóvenes la polarización no es tan patente, si bien «sí sabemos de casos de ‘bullying’ en las aulas, a los que los transexuales son más vulnerables». De hecho, la mayor parte de los contactos que el equipo de Fal recibe son «de jóvenes que se descubren ‘trans’, y que no saben qué hacer, o de familiares cuyos hijos y nietos están en esa situación, y que quieren averiguar cómo acompañarlos. Y muchos problemas cotidianos: trabajo, estudios, ayudas… Por ataques y acosos, por suerte, poco nos llega, aunque algo hay».
Sin embargo, a juicio de Fal, esta dinámica favorable podría saltar por los aires si la órbita política se pone en contra del colectivo LGTBI. «Se está incrementando una irresponsabilidad política en los mandatarios que me preocupa», considera, entre dolida e inquieta. Y es que, para ella, «que salga Alberto Núñez Feijóo diciendo que va a machacar a las personas ‘trans’ derogando la ley… Que no va a darnos, sino a quitarnos… En fin, es doloroso». Más aún, en su opinión las razones esgrimidas por una parte de la derecha son «absurdas. Hablan de amenzaas fantasmas constantemente, como que se va a borrar a las mujeres, pero es falso. Yo soy mujer y feminista, y lo que me haga crecer en derechos me hace crecer como feminista». Por eso, el Día del Orgullo saldrán a la calle «con más ánimo que nunca, por nuestros hijos e hijas, por nuestros amigos y por todo el colectivo». Tanto es así que el 9 de julio, a las 12, el Llar Trans celebrará el Avilés un Orgullo más, bajo el lema ‘El Requeteorgullo de Avilés’. «No vamos a huir, ni nos vamos a callar, y no vamos a dejar que quiten derechos a quienes más sufren. Eso es ser el abusón de la clase, y no lo toleraremos».
Lina Menéndez (BATEL): «El mensaje de la derecha gana adeptos, pero desde la izquierda ya no se hace nada por contrarrestarlo»
Mucho más joven en recorrido que la asociación anterior, y con un enfoque mucho más exclusivista de la comunidad ‘trans’ asturiana, el Bloque Astur Trans en Llucha (BATEL) lleva activo como organización aún no asociada desde febrero de este año, pero ya se ha hecho un nombre lo suficientemente fuerte como para alinear a una treintena de personas de toda Asturias. A su frente se halla la mierense Lina Menéndez, quien dio forma a una idea surgida a finales del año pasado con la pretensión de «combatir el abandono de la comunidad ‘trans’ que percibíamos en Asturias. No se hablaba lo suficiente de nosotros, e incluso, cuando salía el tema, siempre había un enfoque desde lo que pasa en Madrid o en España». Muy activa en redes sociales, a Menéndez el impulso definitivo le llegó cuando «una persona que estaba en XEGA me preguntó a mí directamente qué tenía que hacer para hormonarse. Fue entonces cuando me di cuenta de que necesitábamos una red de apoyo mutuo ‘trans’ en toda la región».
Para BATEL, el Orgullo de este año tiene una significación especialmente importante, ya que, por primera vez, este colectivo saldrá con pancarta propia. Y lo cierto es que la ocasión lo merece. «Vivimos una involución de derechos alarmante, y no es algo de ahora», afirma Menéndez. Es más, es capaz de fechar el inicio de la decadencia, tras décadas de progresos: el día de mayo de 2017, aparentemente lejano, en que el autobús del movimiento ‘ultra’ HazteOír vio bloqueado su acceso al Principado por las protestas de ‘trans’ y afines. «La respuesta social fue casi unánime en la izquierda; hoy sería inconcebible detener el autobús», lamenta. Y es que, en general, detecta «un clima de pasividad, cuando no de retroceso directo. La derecha y la ultraderecha imponen sus discursos, su agenda, y eso tiene cada vez más aceptación, pero entre la izquierda no se hace nada por contrarrestarlo».
Firmemente posicionado en el transfeminismo y en el discurso de la izquierda obrera, BATEL tiene más claro que cualquier otra entidad análoga que la única manera de parar los pies al avance de la intolerancia, de revertir la situación, es luchar en la calle. «Tener miedo, tener desesperanza, es normal porque, a fin de cuentas, somos un colectivo LGTB, y lo que nos caracteriza es que nuestros derechos siempre son tan débiles, que dependen de un resultado electoral», reflexiona. Así las cosas, plataformas como la suya deben «crear marcos de actuación y todas las herramientas necesarias para que, en general, todo el colectivo ‘trans’, LGTBI y la sociedad asturiana busque el modo de luchar por sus derechos mediante toda vía que considere adecuada». En consecuencia, la manifestación del Orgullo será un primer paso. «Asistir a ella se ha convertido en una necesidad imperiosa para nosotras, y nos sentimos bastante respaldadas por el resto de asociaciones LGTBI. Partimos de la base, a nuestro juicio asentada, que se sentó en el 8M: sentar unos mínimos comunes a todas, defendamos lo que defendamos en particular. Siendo así, nos vemos optimistas».
Resumiendo: queremos dinerito para nuestros chiringuitos.