La actriz estadounidense confesó a David Broncano su pasión por la fabada, y recordó a sus ancestros, que partieron de la localidad de Belmonte de Miranda que lleva su apellido en el siglo XVII
Quien ha disfrutado alguna vez de las bondades de Asturias, dicen los sabios, siempre llevará esta región en su corazón. A veces, incluso, aunque haya pasado la friolera de quinientos años desde entonces. O, al menos, ese es el efecto que parecen tener sus raíces asturianas en la actriz estadounidense Eva Longoria, que ayer visitó el programa televisivo La Resistencia para disfrutar de unas horas en compañía del presentador David Broncano… Y, de paso, para compartir el nexo de su familia con el Principado y, no menos importante, la pasión que alberga por la fabada.
«¡Me encanta fabada!», aseguró la artista de origen tejano, tan exultante que, por el camino, se ‘comió’, no literalmente, el artículo ‘la’. Errores gramaticales aparte, reveló a la audiencia que sus antepasados abandonaron el pueblo de Longoria, o ‘Llongoria’, sito en la parroquia de San Martín de Lodón, en el concejo de Belmonte de Miranda, en el siglo XVII, rumbo al Nuevo Mundo. De hecho, en 2017 la intérprete, conocida por sus papeles en ficciones cinematográficas como ‘Mujeres desesperadas’ o ‘La sombra de la sospecha’, acudió a dicha localidad, fotografiándose con varios familiares y amigos junto al cartel que señala la entrada en el lugar. Una de tales imágenes fue mostrada en el programa, lo que multiplicó las muestras de alegría de la invitada.