La muestra ‘Los Templarios y otras órdenes militares de la Península Ibérica’ abrirá mañana sus puertas e incluye un facsímil que recoge el proceso inquisitorial que sufrió dicha organización

A medio camino entre la realidad del mito, objeto de decenas de leyendas a lo largo de los siglos, y víctima de recelos, envidias y afanes de imitación por igual, la Orden del Temple continúa siendo no sólo un foco de fascinación colectiva generalizada, sino también un pilar fundamental para entender la historia de Europa desde la Edad Media. Y a ella está dedicada el grueso de la exposición ‘Los Templarios y otras órdenes militares de la Península Ibérica‘, que se inaugurará mañana en el Palacio de Revillagigedo, y que incluye la exhibición de casi cien piezas y una alusión a su posible paso por Asturias.
Entre los objetos recopilados hay ‘atrezzo’, armamento ligero y piezas de artillería pesada de época medieval, como una catapulta o un trabuco. Como complemento, elementos audiovisuales y pantallas interactivas se distribuyen en 900 metros cuadrados. Así lo ha destacado Francisco Molina, miembro del colectivo Cultura Entretenida y responsable de la exposición, quien esta mañana, durante un recorrido preliminar, ha explicado que es una exposición de carácter histórico, en la que se hace un recorrido «muy interesante» por las órdenes militares que fueron «parte fundamental para formar lo que entendemos hoy como España».
De todos los objetos que se exhiben, ha destacado que se expone, en edición facsímil, una pieza que fue editada por Scrinium, la fiduciaria del Archivo Secreto del Vaticano. En ella se recoge todo el proceso inquisitorial que fue ideado por el rey Felipe el Hermoso de Francia, con una «marioneta» que fue el papa Clemente V, y que fue quien consintió que a los templarios se les despojase de todas sus posesiones en el siglo XIV.
En este sentido, ha aludido a la Reconquista en Covadonga, las Cruzadas, la Orden Templaria y, sobremanera, el final de esta última, que fue «perseguida, torturada y quemada» en la hoguera con su último gran maestre. No faltan referencias a otras órdenes militares que siguieron el modelo de la Templaria, como la de los Hospitalarios o la Teutónica, para acabar el recorrido con un mapa sobre posibles vestigios en lugares donde pudieron estar los templarios. En el caso de la cornisa Cantábrica, Molina ha matizado que no hay documentos oficiales que aseguren que estuvieron en ella, pero se supone que así fue. A modo de ejemplo, ha apuntado que el puerto de Avilés era templario, junto el de Bilbao o Castro Urdiales, entre otros.
Ha resaltado, a mayores, que la muestra hace un recorrido «muy amplio y muy didáctico, con mucha información y muchos mapas», y confía en que «va a gustar mucho a los visitantes». Estará abierta hasta el próximo 10 de septiembre, en horario de mañana y tarde. El precio oscila desde los siete euros de la tarifa reducida hasta los nueves de la general, aunque también hay packs familiares y para grupos.
Junto a Molina ha protagonizado el recorrido el director de la Fundación CajaAstur, Carlos Siñeriz, quien ha remarcado que es una exposición «muy bien datada históricamente», además de enfatizar su potencial educativo.