No hay lugar en el mundo que combine con tanto arte la venta de sartenes y aspiradoras con las conferencias de mayor nivel y los invitados de más renombre
Es agosto y tu cuerpo playu ya entra en ese periodo singular del año: jarana sin parar hasta final de mes, quizás idas y venidas a fiestas de prao, noche de los fuegos, baños en San Lorenzo, turistas inundando El Muro y, por supuesto, Feria de Muestras (FIDMA). No hay lugar en el mundo que combine con tanto arte la venta de sartenes y aspiradoras con las conferencias de mayor nivel y los invitados de más renombre. La Feria ye única, y sabes perfectamente que, de una forma u otra, irás. Caerá ese bocadillo de calamares y llegarás a casa cargado de merchandising para toda la familia. La Feria es tan gijonuda como el Elogio y la estatua de Pelayo. Recordar que su origen primitivo se remonta a 1889, cuando se celebró aquella ‘Exposición Regional del Comercio’.
La Feria nos conecta con nuestra infancia, con aquellos paseos entre stands con padres, hermanos, abuelos… Olores y colores que impregnan nuestra cabeza y que vuelven a resurgir cada vez que atravesamos las puertas del Recinto Ferial Luis Adaro. Trabajar desde dentro y con un enfoque periodístico, como ha hecho este diario en los dos años anteriores y como haremos a partir de mañana (SPOILER: Estamos en el pabellón 6), te da nuevas perspectivas de lo que significa este evento sin igual. Cuesta explicar, a gente de fuera, lo que significa FIDMA. Normalmente me decanto por la siguiente definición, no avalada por la RAE: “Universo en miniatura. Dos semanas que convierten al recinto ferial en un lugar que integra Naciones Unidas, Foro de Davos, Fitur o Salón Gourmet y lo combina con el costumbrismo de Alejandro Casona, con lo puramente nuestro, con esos autobuses fletados desde distintos puntos de Asturias para disfrutar de su día propio”. Añadiría, también: “Es imperativo para todo gijonés que se precie acceder al recinto con invitación”. Ciertamente, no me imagino mayor ofensa al orgullo local que no tener dichas invitaciones. Hubo guerras por menos que eso. Y lo sabes.