El artista Lucas Altamira completa la tercera restauración del icónico espacio, uno de los grandes reclamos fotográficos de Gijón junto con ‘Las Letronas’ y el ‘Elogio del horizonte’
A veces bastan el simple empeño, un poco de tiempo, un mucho de talento y una dosis final de buen hacer para transformar una realidad desgastada en algo lustroso, atractivo, digno de ser preservado en la memoria… O inmortalizado en fotografías o ‘selfies’. Y eso es lo que, en los últimos días, el artista Lucas Altamira ha logrado con las archiconocidas ‘Escaleras del Rock‘ de Cimavilla, que conectan las calles Óscar Olavarría y Claudio Alvargonzález, a las que ha sometido a su tercera restauración para devolverles todo el lustre de sus primeros tiempos. Y, en atención al dicho que reza que una imagen vale más que mil palabras, el resultado, a tenor de la foto superior, habla por sí solo: los casi cincuenta peldaños, decorados con los nombres de algunos de los grupos y canciones más emblemáticos de dicho género, vuelven a lucir el esplendor que los han convertido en uno de los grandes reclamos para los turistas, a la altura de iconos como ‘Las Letronas’ de Juan Jareño y el ‘Elogio del horizonte’ de Eduardo Chillida.