«Es el amor a estos animales y la pasión por la fiesta nacional la que mantiene viva su especie. En el momento que desaparezca la tauromaquia esta raza se extinguirá»

Hoy, 15 de agosto, día grande de las Fiestas de Gijón, tendrá lugar en El Bibio la primera corrida de la Feria Taurina de Begoña, recuperada después de dos años de cierre de la plaza de toros, y desde la prohibición de celebrar espectáculos taurinos por el sectarismo del PSOE gijonés.
No voy a hablar de los toreros del cartel de la Feria. Voy a hablar del gran protagonista de los espectáculos taurinos: el toro de lidia.
El toro de lidia, el también denominado toro bravo, es una raza bovina desarrollada, seleccionada y criada para su empleo en espectáculos taurinos. Se caracteriza por unos instintos atávicos de defensa y temperamentales que se sintetizan en la llamada bravura, y unos atributos físicos como unos cuernos grandes hacia adelante y un potente aparato locomotor.
El toro de lidia es criado y cuidado por sus ganaderos durante cinco o seis años en las dehesas, grandes fincas con abundantes pastos y arbolado, principalmente encinas y robles, donde pastan las reses de las ganaderías.
El cuidado del ganado de lidia se realiza de forma muy natural al contrario de lo que sucede en la ganadería intensiva donde se trata a los animales como si fueran máquinas de producir carne, leche o huevos, en lugar de seres vivos y donde están encerrados en un espacio poco mayor que su propio cuerpo, hacinados en naves industriales, forzados sólo a comer y producir…
El toro bravo vive en total libertad en el campo y su alimentación, esencialmente a través del pasto, es un factor esencial para que los animales puedan demostrar su potencial. En el campo se cuida mucho a los toros desde su nacimiento hasta el momento de ser lidiados. Durante su crecimiento, reciben en el campo todo tipo de atenciones, comida, controles veterinarios…
Este tipo de animal durante su vida no hace nada más que alimentarse y correr libres por el campo y, en muchas ocasiones, lejos de la presencia del hombre. Por eso hay que saber manejarlos con cuidado.
A decir de los ganaderos, la crianza de estos animales bravos es muy costosa por el importante gasto que supone su mantenimiento, alimentación y especial cuidado. Es el amor a estos animales y la pasión por la fiesta nacional la que mantiene viva su especie. En el momento que desaparezca la tauromaquia, esta raza se extinguirá.
Otro punto importante a tener en cuenta, en el cuidado del toro de lidia, es la preservación del medio ambiente de cada región donde está ubicada la ganadería del toro bravo, conservándose las condiciones naturales originales, sin cambiar el uso del suelo, protegiendo la vegetación endémica y preservando la fauna silvestre existente. Es difícil ver un paisaje más hermoso que una dehesa en primavera, y lo digo yo, que he visto muchas en mi Salamanca natal, en el Campo Charro.
El toro de lidia es el animal mejor cuidado y atendido del planeta. Por eso, NO rotundo. No hay maltrato animal, por mucho que lo griten las plataformas animalistas. Esos mismos animalistas, que se alegran de las graves cogidas a los toreros, son los que llaman asesinos a los aficionados taurinos. Esto es la demagogia de la progresía y el postureo de la izquierda radical.
Maltrato animal es el que sufren los animales que van a los mataderos para convertirse en carne para el consumo humano, y antes han pasado sus años en establos hacinados y sin espacio para correr y pastar.
Maltrato animal es el que sufren los animales grandes que viven en pisos pequeños… Cualquiera de estos animales cambiarían su ‘carcelaria’ vida por vivir un año en una dehesa en plena naturaleza y libertad.
Mientras haya una Ley Orgánica que proteja la tauromaquia, este tipo de raza bovina existirá. El día que se llegue a la abolición de los espectáculos taurinos (ni en Francia lo han podido conseguir), el toro de lidia se extinguirá y desaparecerá como raza.
En la Feria de Gijón, gracias al gran cartel del empresario taurino Carlos Zúñiga hijo, vamos a poder disfrutar de la bravura, el trapío y la belleza de los toros de Romao Tenorio, Zacarías Moreno, Montalvo, La Quinta, Garcigrande, Daniel Ruiz y José Vázquez. Ganaderías de Portugal, Madrid, Salamanca, Córdoba, Albacete y Colmenar Viejo.
¡Feliz día de Begoña!
En parte puedo entender los argumentos en favor de la tauromaquia por el tema medioambiental, las dehesas y todo eso, pero estos argumentos no pueden ocultar, por más que los taurinos de empeñen, la parte bárbara del supuesto «espectáculo» con un animal, fiero por supuesto, pero un ser vivo al fin y al cabo, alanceado, herido con banderillas y sacrificado con una espada. Por otro lado, es patético que Teresa recurra al argumento tópico y barato de los mataderos y los animales «encerrados en pisos». Señora Sánchez, mi perro vive mucho mejor que los toros de lidia, sale al campo a correr y no está para nada «maltratado» como Ud.se atreve a insinuar. Al menos espero que se haya vuelto vegetariana, ya que parece preocuparle tanto la suerte de las redes sacrificadas para carne.
Pues sinceramente, si el toro de lidia tiene que desaparecer, que desaparezca. Al fin y al cabo, como bien reconoce, es una raza destinada al sacrificio en una plaza de toros, tras una buena dosis de tortura que, recordemos, comienza antes de la «fiesta».
Por el camino de nuestra historia se han extinguido multitud de razas de animales, unos domésticos y otros no. El toro de lidia bien puede sumarse a la lista.
No es verdad,la especie sobreviviría igual.
Decir eso es no tener ni idea científica y hablar de oídas cosa que a esta señora le pasa con asiduidad.
Lamentable.Y que conste que me gustan los toros y las corridas de toros!!!!