En el día que la FIDMA dedica al ilustrado gijonés, las autoridades de ambos concejos, así como las de la Cámara y la Fundación Foro Jovellanos, llaman a recordar sus logros para revitalizar el campo asturiano
Todo país, toda región, toda ciudad cuenta entre sus hijos con algunos nombres cuyos logros, en los más dispares ámbitos, les han elevado al panteón de las figuras históricas dignas de ser recordadas. España tiene a su Cid; Asturias, a su Pelayo; Gijón, por supuesto, a su Gaspar Melchor de Jovellanos… Y Salas, a Fernando de Valdés y Salas. Es precisamente este último, curtido como político y eclesiástico en el convulso siglo XVII español, quien este año, en el Día de Jovellanos de la Feria Internacional de Muestras de Asturias (FIDMA), ha compartido protagonismo con el ilustrado gijonés, en una jornada para la celebración, pero también para la reflexión. Porque, finalizada la tradicional ofrenda floral, tanto la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, como su homólogo de Salas, Sergio Hidalgo, así como el presidente de la Cámara de Comercio, Félix Baragaño, y el presidente y ex-presidente de la Fundación Foro Jovellanos, Ignacio García-Arango y Jesús Menéndez, han llamado a rescatar el espíritu ‘jovellanista’ para dar un nuevo impulso a lo rural como motor de creación de empleo, riqueza, población y, en definitiva, futuro.
«Tenemos que devolver al campo su importancia como semilla, que sea la base de otras actividades económicas viables; no sólo el turismo, tino también nuevas industrias y actividades tecnológicas», ha reflexionado García-Arango durante la apertura del acto, antes de poner el foco en el segundo gran problema que atañe a la región: el demográfico. En ese sentido, el actual presidente del Foro ha aseverado que «el declive no se solventa subvencionando sólo a los que están en el campo; lo primero es llevar población hacia la Asturias rural», para lo que es imperativo «una economía libre, competitiva y abierta al mundo, cimentada en la realidad, y no en entelequias». Todo ello lo ha expresado prestando especial atención a la viceconsejera de Cultura, Ana Vanessa Gutiérrez, y al director general de Política Lingüística, Antón García, presentes entre el público. Y, por supuesto, rescató las lecciones de Jovellanos, quien teorizó que «las leyes están bien si son pocas y buenas»; por consiguiente, ha instado a «eliminar la morralla y hacer país, fomentando el trabajo, la generosidad, la buena fe y solidaridad».
Menos reivindicativo, aunque más emotivo, ha sido en su intervención Félix Baragaño; el presidente de la institución cameral gijonesa ha incidido en que «Jovellanos, como la FIDMA, representa la capacidad que tienen Asturias, y sus empresarios y emprendedores, de salir adelante pese a las dificultades», y ha apelado a que la memoria del ilustrado «permita avanzar, como él quiso, hacia una Asturias próspera de gentes felices». Palabras las suyas alineadas con las de Moriyón, que ha celebrado el hermanamiento con Salas por su rol histórico, pues «la figura de Jovellanos no se comprende sin entender los lugares que marcaron su vida»; la regidora gijonesa también ha agradecido al Foro su aporte cuando, en junio de 2011, comenzó la celebración del Día de Jovellanos, admitiendo que «no sé qué hubiera sido de nosotros sin vosotros para poder estar a la altura de ese momento tan importante». Pero las mayores muestras de gratitud las expresó Sergio Hidalgo, alcalde de Salas, quien ha considerado «un lujo» el acontecimiento. Eso sí, no ha escondido que «la zona rural vive momentos difíciles; nos estamos quedando sin gente, y nuestro padrón se va reduciendo», y ha llamado a la Administración a «crear empleo y actividad económica» para «hacer atractivo nuestro municipio».
La clausura del acto ha corrido a cargo de Jesús Menéndez Peláez, catedrático de la Universidad de Oviedo y, a la sazón, ex-presidente del Foro Jovellanos. Su glosa ha estado dedicada tanto a reseñar los logros de la entidad que lideró, con el afán último de «poner en relieve la importancia de la Ilustración asturiana en la realidad nacional», como a destacar la figura de Fernando de Valdés y Salas, «uno de los grandes personajes más influyentes de la centurias renacentistas, de la misma manera que lo será Jovellanos en el siglo XVIII». Por descontado, ha celebrado las iniciativas llevadas a cabo en Salas para ensalzar su trascendencia, como la rehabilitación de la colegiata de Santa María la Mayor, donde se haya enterrado De Valdés y Salas, y cuyos retablos el propio Jovellanos describió como «los mejores de Asturias». Y ha finalizado su intervención animando a que, «del mismo modo que hablamos de Gijón como la villa de Jovellanos, debemos hablar de Salas como la Villa de Fernando de Valdés».