El discurso del PSOE de Gijón, para muchos -demasiados- asuntos de la ciudad, es el mismo que el de Foro, y a veces que el del PP. Y esto lo veo yo, lo ve el votante de derechas, lo ve el votante de izquierdas y lo ve hasta el votante del PSOE de Peñamellera Alta. Lo ve todo el mundo
Es posible que todo el artículo de esta semana parezca una crítica gigante al PSOE de Gijón. Lo es. Pero lo es por un puro instinto de supervivencia política. No la mía, ya bien enterrada bajo gruesas lápidas, ni tampoco la del propio PSOE dado que sé (sabemos) que está garantizada, si no la de la ciudad, la de Gijón. Es difícil, salvo que el proyecto de SUMAR se afiance a nivel nacional y sea un éxito mayúsculo y, por supuesto a nivel regional, que ni existe, que Gijón vuelva a tener un gobierno de izquierdas sin un PSOE a pleno rendimiento. Y esta realidad solo sucederá si el PSOE de Gijón se rearma y se renueva. Más lo segundo que lo primero.
¿Y todo esto por qué ahora? Bueno, pues porque conviene entrar poco a poco en el curso político que nos depara la llegada del mes de septiembre, y porque el PSOE de Gijón en esta última semana ha dado otra de cal. O de arena. O lo que sea para que la masa “política” haya salido otra vez mal, aguada en este caso. A raíz de la polémica en la que estamos inmersos en la ciudad con la naturalización del Piles, de lo que ya hablamos la semana pasada.
El portavoz del PSOE gijonés, Floro, y el concejal Tuero, antiguo concejal de Deporte, se han despachado con unas declaraciones que rozan el Benny Hilismo. El absurdo.
Queriendo contentar a ni se sabe muy bien quién, han dicho que en el río se tiene que garantizar una lámina estable de agua, cosa que va en contra de la naturalización que ellos mismos, secundando la iniciativa de Izquierda Unida, apoyaron en el gobierno anterior. Dando así la razón a partidos que en aquellos momentos estaban en la oposición. Y eran, y son, de derechas. No solo eso, si no que las explicaciones de Tuero y Floro, Floro y Tuero, han sido de una tan difícil compresión que nada ni nadie puede tener claro que querían decir, salvo que: piraguas sí. Que me imagino que eso es lo que querían decir. Solo han logrado dejarnos claro que el PSOE de Gijón, una vez más, vive en una realidad alejada del resto de los PSOES, salvo quizá el de Andalucía, que sigue arrastrando esa forma de ver las cosas que ya no son propias de la sociedad del año 2023. Los votantes del PSOE actuales, los de Sánchez o los de Barbón, aceptan ser un partido de izquierdas (sí, lo sé, pero ese es otro debate) ponen sobre la mesa en ocasiones, más Sánchez que Barbón, políticas arriesgadas y dejan claro las diferencias con el PP, con Foro o con la derecha en general, que son notables, evidentes, palmarias.
No se les ocurre insistir con un discurso, rancio, que ya tiene votantes y que no son los del PSOE. La gente que vota al PSOE quiere un Piles limpio y verde, igual que quiere una ciudad con una movilidad mucho más sostenible que la que plantea el actual gobierno municipal. Quiere más zonas verdes o que no haya toros. Pero quieren, sobre todo, que los representantes de su partido no hagan discursos iguales que los del PP o los de Foro.
Y eso es lo que está haciendo el PSOE de Gijón. Dicho de manera clara, el discurso del PSOE de Gijón, para muchos – demasiados- asuntos de la ciudad, es el mismo que el de Foro, y a veces que el del PP. Y esto lo veo yo, lo ve el votante de derechas, lo ve el votante de izquierdas y lo ve hasta el votante del PSOE de Peñamellera Alta. Lo ve todo el mundo.
Han vilipendiado más que la propia oposición a la anterior alcaldesa. Tienen un candidato que es evidente que ni ha atraído votos ni está en lo que sucede en la ciudad. Pero no solo es culpa suya, que algo sí, ya que, si está ahí será porque quiere; si no que, lo que es peor es que todo lo que le rodea, sea en el manejo de redes sociales, en la práctica de lo que se dice, en apariciones en prensa, en los Plenos. Consiste en no hacer ningún tipo de oposición, en parecer que están atrapados en un ovillo que les impide hacer o decir nada. Y mira que el actual gobierno ha dado grandes momentos dejando claras sus políticas. Pero nada, el PSOE no está. Y lo que es mucho peor, no parece que a nadie del PSOE le importe que esté. Quizá por esa, ya obsoleta creencia, de que tirando un año con lo que hay y después presentar una aparente renovación ya estaría.
Me temo que eso ya no sirve, que eso servía para los noventa del siglo pasado, que es donde vive el actual PSOE gijonés, en el recuerdo de algo que ni es ni será. Como la Zalia, la autopista del mar o el plan de vías, dicho sea de paso.