El presidente autonómico se ha reunido esta mañana con el Rey Felipe VI, en el marco de la ronda de contactos que el monarca mantendrá con los distintos líderes regionales
Con el futuro del gobierno de la nación todavía a expensas del resultado de las negociaciones en curso, es en el plano autonómico en el que, por el momento, la estabilidad parece haberse hecho patente. Tanto es así que esta mañana, en el Palacio de la Zarzuela, el Rey Felipe VI ha iniciado la ronda de contactos con los distintos líderes regionales salidos de la urnas el pasado 28 de mayo. Y el presidente del Principado, Adrián Barbón, ha sido uno de los primeros en estrechar la mano del monarca, en el transcurso de una recepción que ha servido para confirmar lo ya esperado: que la Princesa Leonor recibirá la Medalla de Asturias tras cumplir los 18 años el próximo 31 de octubre, y una vez jure o prometa la Constitución.
«Nuestra ley de medallas establece que el príncipe o princesa tiene derecho propio a ella», ha aclarado Barbón al término del encuentro, sin negar que su concesión a la heredera al trono, que en estos momentos cursa en la Academia General Militar de Zaragoza el primero de sus tres años de formación militar, será «un honor». Eso sí, en el tintero queda aún por fijar «cuándo se la daremos físicamente», algo que habrá que coordinar «con la Casa Real». Una institución, empero, de la que Barbón ha destacado «las magníficas relaciones» que mantiene con el Principado, y que tendrán una expresión más en la inauguración del curso de formación profesional (FP) que la Reina Leticia oficiará este miércoles. En ese sentido, el presidente autonómico también ha enfatizado el «inmenso orgullo» que supone que «en este primer día de recepciones esté Asturias, una de las comunidades que no sólo reivindicó más su historia, sino que, además, es una de las que primero aprobó el estatuto de autonomía por la vía del 143, junto con Cantabria».
Igualmente Barbón ha incidido en que el monarca «tiene un conocimiento pleno de la problemática y de lo que nos ocupa» en la región, y ha prometido que «Asturias va a cambiar por completo». A ese respecto, el líder asturiano no ha dejado pasar la oportunidad de hacer un nuevo balance de su última legislatura. «Hace cuatro años entendíamos que Asturias debía pasar de la resignación de lo que fuimos a empezar a pensar lo que queremos ser en el futuro», ha apuntado. Y prueba de la implementación de esa máxima, a su juicio, es que, «aunque es una región envejecida, en la que apostamos por la calidad de vida y unos servicios públicos de primera calidad, en los últimos años viene más gente a vivir a Asturias de la que se va». No sólo eso; la región, en su apuesta por la tecnología como motor económico, ha pasado «de dos a doce centros de I+D+i, y somos la cuarta comunidad con mayor porcentaje de población ocupada en sectores tecnológicos».