¿Podemos seguir postulándonos y peleando por convertir Gijón en sede del Mundial de Fútbol 2030 con la proyección global que ello implica para la ciudad? O por el contrario debemos resignarnos y dar por perdida la batalla
Por Luis Manuel Madiedo Hontañón, abogado y profesor
El Mundial de Fútbol 2030, probablemente el principal acontecimiento deportivo global después de los Juegos Olímpicos, se va a celebrar en España junto a Portugal, Marruecos y el Cono Sur americano. Sin duda es una noticia importante y con gran atractivo y poder de convocatoria y seguimiento. Surgen dudas sobre el reparto de las sedes. Nuestros hermanos del Cono Sur quieren inaugurar el espectáculo y celebrar los primeros partidos de la serie, Portugal parece que entiende su posición ibérica y Marruecos postula Casablanca para la final.
Y a todo esto, que pinta nuestra ciudad en este espectáculo global, ¿qué pasa con Gijón y el Mundial de Fútbol 2030? Inicialmente, cuando nada estaba confirmado, los actuales propietarios del club de la ciudad el Real Sporting de Gijón, Grupo Orlegi, lanzaron su propuesta para postular a la ciudad y al estadio de El Molinón como una de las sedes de este espectáculo global.
Una vez asegurada la concesión del Mundial de Fútbol 2030 a España y a nuestra confederación con Portugal, Argentina, Paraguay, Uruguay y Marruecos, Orlegi mantiene la apuesta y Gijón inicialmente parece que también. La cuestión fundamental en este asunto sería que El Molinón es de propiedad municipal y el club no, es una SAD ahora mismo en manos del Grupo Orlegi. El acuerdo para pelear por la sede entre ambos, Ayuntamiento de Gijón y Orlegi, parece indispensable si se pretende realmente competir por traer el Mundial de Fútbol a la ciudad.
Obviamente surgen competidores por doquier y el diario Marca, referente en la información deportiva, hace pública una lista de sedes ya cerradas en la que Gijón no está, a costa de A Coruña que sí está. También están otras sedes como Zaragoza o Málaga, que pueden o no competir con nosotros. Claro, Valencia o Bilbao no están a nuestro alcance. Aquí habría que decir que si El Molinón es elegido como sede ello beneficiaria al conjunto del Principado incluyendo a la ciudad de Oviedo por descontado.
¿Podemos seguir postulándonos y peleando por convertir Gijón en sede del Mundial de Fútbol 2030 con la proyección global que ello implica para la ciudad? O por el contrario debemos resignarnos y dar por perdida la batalla. Si nuestra Villa todavía quiere competir, parece indispensable que el Ayuntamiento, propietario del Estadio y Orlegi, propietario del club de fútbol de la ciudad vayan de la mano.
El proyecto de más de 300 millones de euros que propone Orlegi es inviable de aquí a 2030, si habláramos de 2060 podría plantearse; la reforma de Mestalla supondrá 150 millones de euros, la mitad, cuando Valencia es el triple de ciudad que Gijón. Eso por no hablar de efectos colaterales, negocios en los bajos del Estadio parados de facto durante años, problemas de tráfico en toda la zona y en las comunicaciones que pasan por la misma: Feria de Muestras, Grupo Covadonga, Hospital de Cabueñes, salidas y entradas de la ciudad, etcétera.
Se trataría de hacerlo minimizando el impacto y manteniendo un proyecto suficientemente ambicioso y competitivo para tener en Gijón el Mundial 2030 y un estadio para un par de generaciones de sportinguistas por lo menos. Aterricemos, seamos realistas y tendremos el Mundial en Gijón.