El agente vio a la adolescente, de sólo catorce años, al otro lado de la barandilla, y se lanzó sobre ella después de saltar de la motocicleta que conducía
Quien abraza el servicio público sabe que ese espíritu no entiende de vacaciones. Ni de días de asuntos propios. Ni de descansos bien ganados. Ante una incidencia cualquiera, la primera reacción actuar. Y exactamente eso fue lo que hizo cierto agente de la Policía Nacional que, en la tarde de este martes, mientras circulaba en su moto por el puente de San Melchor García San Pedro, uno de los varios que cortan la Ronda Sur de Oviedo, evitó que una joven de catorce años se arrojase al vacío. Nada tendría que sorprender en semejante actuación, a todas luces propia de un profesional de su ramo, de no ser porque se produjo cuando el uniformado se encontraba fuera de servicio, y disfrutando de su tiempo de ocio.
Según fuentes del cuerpo al que pertenece el hombre, destinado en la Jefatura Superior de Policía de Asturias, volvía a su domicilio acompañado por su mujer cuando, alrededor de las 17 horas, vio a la adolescente balanceándose por el exterior de la barandilla, de espaldas a la calzada, con intención de tirarse. Sin pensarlo dos veces, el agente frenó bruscamente, dejando caer la moto al suelo, y se lanzó a sujetar a la chica, forcejeando fuertemente con ella hasta lograr sacarla a la acera. Ya a salvo la inmovilizó e intentó calmarla con ayuda de su mujer, sin separarse de ella hasta la llegada de una patrulla de compañeros de la Policía Nacional. Tras introducirla en el vehículo policial para preservar su intimidad, fue embarcada en una ambulancia y trasladada al Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).
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