Tanto el domingo como el lunes varias composiciones entre el Principado y la meseta acumularon horas de demoras por problemas que RENFE atribuye a la catenaria, y ADIF, a los propios trenes
En poco más de diez días se cumplirá el primer mes en servicio de la variante de Pajares, inaugurada el pasado 29 de noviembre tras dos décadas de revisiones, obras y demoras. Y, una vez superada la euforia por el ahorro de tiempo que su apertura supone en los viajes entre Asturias y el resto de la meseta, han comenzado a aflorar los primeros problemas. En especial, durante las jornadas del pasado domingo y de este lunes, en las que varios convoyes han acumulado retrasos por problemas que el grupo RENFE, operador de los trenes, atribuye a fallos en la catenaria, y que ADIF, propietaria de las infraestructuras, señala como surgidos en los propios vehículos. La situación, en cualquier caso, ha llevado a la reacción del presidente del Principado, Adrián Barbón, que ayer manifestaba su confianza en que se aclaren «cuanto antes» las causas de las incidencias.
«Parece ser que son problemas técnicos que está examinando ADIF», señaló el dirigente asturiano, quien adelantó que las primeras informaciones apuntan a problemas de congelación de la catenaria, algo que ya le sucedió a él mismo en algún viaje hacia Madrid. No obstante, Barbón concluyó que esos problemas no pueden empañar «en modo alguno» el hecho de que ya se va hacia los 100.000 billetes vendidos para viajar entre Asturias y Madrid a través de la variante.