El cambio de paradigma en el sector crea la necesidad de tener una plantilla con expertos que trabajen para alcanzar los objetivos reclamados. Además, repercute en la obtención de un empleo de calidad
La interconexión entre talento y transición energética repercute en la obtención de un empleo de calidad, y se hace evidente por diversos motivos. Por un lado, al implicar esa transformación un cambio hacia fuentes de energía más sostenibles y limpias, este puede generar empleo de calidad en sectores como las energías renovables, la eficiencia energética, la tecnología verde y otras áreas relacionadas. Los empleos en estos sectores a menudo requieren habilidades especializadas y talento en tecnologías limpias, ingeniería ambiental, gestión de proyectos sostenibles, entre otros.
Por otra parte, precisamente en lo referente al talento, las empresas y sectores que lideran esta transición necesitan empleados que estén capacitados en áreas como la ingeniería sostenible, la gestión de recursos naturales y la innovación en esas tecnologías verdes. Invertir en el desarrollo del talento en estas áreas es esencial para impulsar la transición energética de manera efectiva.
Pero, además, este cambio de paradigma también está impulsado por la innovación y el emprendimiento. Empresas y emprendedores talentosos pueden liderar la creación de soluciones innovadoras para los desafíos relacionados con la energía sostenible. El empleo de calidad en este contexto implica entornos laborales que fomenten la creatividad, la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías y prácticas sostenibles.
Influye de manera positiva también en las oportunidades de empleo en la gestión ambiental y en la sostenibilidad, así como en el impacto social y el desarrollo comunitario.
Para Idesa, la Responsabilidad Social Corporativa es su compromiso con la sostenibilidad, la ética y las buenas prácticas en las relaciones con sus grupos de interés: empleados, accionistas, clientes, proveedores, competidores, administraciones públicas, etc. Cada uno de los miembros que conforman la empresa tiene un impacto en la reputación global y colectiva como compañía. Cómo hacen los negocios, es tan importante como cuáles son los negocios que realizan. Todos trabajan de acuerdo con valores como la seguridad, el medio ambiente, la calidad, la orientación al cliente, la conducta ética, la innovación y capacidad tecnológica, la fiabilidad y el trabajo en equipo. Cuentan con un promedio de 275 empleados que persiguen dicho código de conducta para reforzar los valores corporativos.
El talento es un sello de identidad para TSK, empresa que cuenta con una amplia plantilla de 1297 trabajadores, todos ellos lo más cualificados posible para llevar a cabo la importante labor empresarial que la define. Consideran que la captación y retención de talento es una de sus claves de éxito. Impulsa el desarrollo profesional y humano de su personal y favorece el intercambio de ideas en el ámbito mundial, con el convencimiento de que de esta manera se crean nuevos conceptos, sobre todo cuando se reúnen profesionales de diferentes disciplinas y con distintos bagajes. Esta unidad, garantiza el éxito a largo plazo y la formación de los mejores equipos, contando con los potenciales de cada uno de los diferentes miembros del mismo. Su objetivo en materia de selección del personal consiste en identificar e incorporar tanto profesionales comprometidos con el proyecto, como talento joven con potencial de desarrollo. Quieren ser una empresa atractiva para sus empleados y competir por los más cualificados, ofreciendo una amplia gama de incentivos. Además, conceden especial importancia a una cultura empresarial orientada al diálogo y al trabajo en equipo.
En resumen, invertir en talento es una estrategia empresarial fundamental que contribuye a la resiliencia, la innovación y el crecimiento a largo plazo. La gestión efectiva del talento no solo implica la contratación de profesionales talentosos, sino también su desarrollo y retención a lo largo del tiempo.