Inconfundible sabor, con toda su tradición y artesanía: El más joven de la familia se une al negocio familiar y nos brinda la oportunidad de disfrutar de “Las Cookies” por Navidad
En Enero del 1987 un joven Pablo, de 27 años, abrió junto a su esposa, en la galería comercial de Alcampo de Gijón, la primera localización de las Cookies. Y no fue hasta el verano de 1988 cuando, en la Feria Internacional de Muestras de Gijón, abrió su primer stand. Desde ese momento todos esperamos ansiosos año tras año por nuestras amadas Cookies, archiconocidas en la región por ser uno de los puestos con más solera de la Feria de Muestras.
Más de tres décadas llevan María y Pablo al frente del negocio familiar, quienes hoy guían y enseñan todos los secretos a su hijo, Alberto. No conoce una vida sin galletas por todos lados, y es que este gijonés ha vivido sus 29 años rodeado del olor y el sabor de uno de los productos más reconocidos en toda la ciudad. Tras toda una vida dedicada a ellas, decide en el 2022 dar un paso al frente y empezar con un pequeño “stand” en la feria de muestras de Gijón y esas mismas navidades, por primera vez desde hace más dos décadas, saca las Cookies fuera del Recinto Ferial, brindando al invierno gijonés un toque de verano.
Siguiendo los pasos y directrices que le marcaban sus padres, en el verano del 2023 repite en FIDMA y se consolida con un stand fijo junto al Restaurante Principado, Cárnicas La Braña o El Cuco, haciendo que todos los asistentes puedan degustar las cookies en otro punto más del recinto. Preparación no le sobra y ganas tampoco, cuenta el joven que se ha propuesto innovar para traer nuevos sabores al paladar de los asturianos pero manteniéndose siempre fiel a la tradición que ha hecho de las ‘Cookies’ un producto estrella.
Fruto de este empuje nace su presencia en el mercadillo navideño de Gijón de este año, donde llevan días instalados haciendo las delicias de los transeúntes. “¿Por qué esperar a agosto para poder disfrutar las cookies? Queríamos que todo el mundo pueda revivir en Navidad nuestro sabor de siempre, y compartirlas como nos gusta, con la familia, con los amigos, en todos esos momentos especiales que tanto significan para nosotros”, cuenta el joven.
Es ya el segundo año en que sus creaciones acompañan al invierno gijonés, y de momento el recibimiento no puede ser mejor. A las cookies clásicas les acompañan en este puesto novedades perfectas para esta época, como las galletas de jengibre o las rellenas de dulce de leche o de crema de avellanas. Por ese recuerdo a las raíces están presentes jerezanas, hechas con jerez, copos avena, miel y almendra, una de las más demandas por su clientela, que se mantiene fiel desde sus inicios y que, espera Alberto, continúe también enseñando a las nuevas generaciones el sabor y el valor de una galleta hecha “como en casa”.