«Lo que ha querido hacer el gobierno con los dromedarios ha sido, con un símil, salvando las muchísimas diferencias, adquirir semillas de marihuana para plantarlas en el parque Isabel La Católica. Que escuchando a la oposición nos damos cuenta que es ilegal, pues salimos en tromba insultando a la izquierda torticera»
Schopenhauer, en “El arte de tener razón”, narra, a través de una serie de apuntes, treinta y ocho artimañas dialécticas para ser utilizadas con el fin de ganar la contienda en la argumentación. Una pequeña joya, generalmente con un buen prólogo y epílogo explicativo, de la que me acordé tras contemplar el serial navideño protagonizado por alegres dromedarios.
No sé si Carmen Moriyón ha leído el tratado, pero no cabe duda de la utilización que realiza, sibilinamente, de muchas de las treinta y ocho estratagemas schopenhauerianas. Esa manera de trabajar maquiavélicamente el lenguaje de nuestra alcaldesa quizás pueda ser inherente a su forma de ser, más creo que su sapiencia en el arte de la dialéctica afilada viene dada por las lecciones, durante cerca de diez años, de Francisco Álvarez-Cascos. Recordemos que el testigo del caso Gürtel fue Presidente de FORO y, después, Secretario General del partido, ocupando la cúspide de la organización desde su fundación hasta el traspaso de poderes a Carmen Moriyón. A pesar de que en política los intereses separan amistades, el pasado de las dos personas está ahí para recordarlo “No quiero decir que lo necesitamos, no lo necesitamos; queremos a Francisco Álvarez-Cascos”. Toda una declaración Karamazoviana que pronunció la alcaldesa allá por 2012.
Son muchos los ejemplos del uso por parte de Moriyón Entrialgo de cada estratagema con el fin de dispersar las incoherencias, inacción y contradicciones en este pequeño periplo de legislatura que llevamos. Una nueva manera de afrontar la parálisis en comparación con las legislaturas anteriores. En 2011 la pasividad estaba unida también al lenguaje, ahora no.
El último truco de la alcaldesa viene dado tras la contratación de tres dromedarios para la cabalgata de los Reyes Magos de Oriente. No hace falta ponerse mucho en contexto: el ayuntamiento contrata a una empresa para la aparición estelar de los animales en la tarde noche del día 5 de enero. Tras las iniciales críticas de la oposición en el ámbito local, nadie se mueve. Ahora bien, cuando los medios nacionales se hacen eco de las palabras de la oposición sobre la aparición de animales en el desfile real, no antes, es cuando sale a la arena la regidora anunciando la cancelación de la presencia de los camellos arábigos. Es decir, de manera unilateral parece cancelar un contrato público. Si asombroso es el desistimiento del acuerdo a pocas horas vista, más lo es la manera de notificarlo, y es ahí cuando llega “El arte de tener razón”. En el siglo XIX, Schopenhauer decía que “Cuando se advierte que el adversario es superior y se tienen las de perder, se procede ofensiva, grosera y ultrajantemente. El personalizar consiste en que uno se aparta del objeto de la discusión (porque es una partida perdida) y ataca de algún modo al contendiente y a su persona…Esta regla goza de gran predicamento porque cualquiera es capaz de ejercerla”. En el siglo XXI, Moriyón dice, tras verse en las televisiones nacionales criticada por la izquierda gijonesa, “la izquierda no quería que hubiera Cabalgata de Reyes…este año han intentado boicotear su organización de una forma torticera”. Parece mentira como se acercan doscientos años a través de ese instrumento maravilloso llamado lenguaje. Carmen Moriyón “Schopenhauer” no dice que el gobierno FORO, PP, VOX hubiera podido incumplir la Ley de bienestar animal, no dice que, con toda probabilidad, va a tener que pagar una factura de un servicio no realizado, no dice que han tenido un enorme error, propiciado porque no creen en el bienestar de los animales. No. Ante la pérdida de los y las gijonesas de cerca de 20.000 euros, ataca con la estratagema treinta y ocho del siglo XIX, procediendo a la ofensa, al ultraje, a la grosería.
Un gestor debe gestionar los recursos que la sociedad, empresa, institución, le confiere. Si ese dinero es público, debe hacerlo acorde a la Ley, no solo en el marco del procedimiento administrativo, sino también teniendo claro en qué se va a utilizar el dinero de los gijoneses y gijonesas y qué repercusión va a tener en la sociedad. No estamos hablando de ideología, sino de legalidad, no estamos hablando de riesgos, sino de legalidad, no estamos hablando de posible retorno económico, sino de legalidad. Lo que ha querido hacer el gobierno de FORO, PP y VOX con los dromedarios ha sido, con un símil, salvando las muchísimas diferencias, adquirir semillas de marihuana para plantarlas en el parque Isabel La Católica. Que escuchando a la oposición municipal en La1 nos damos cuenta que el cultivo no industrial de cannabis es ilegal, pues salimos en tromba insultando a la izquierda torticera. No señora, no, todos cometemos errores, pero la cuestión es reconocerlos. Ustedes los han cometido, reconózcalo. Si no lo hace, como no lo ha hecho, es porque no cree en el estrés que las sirenas, serpentinas, gritos… pueda provocar a unos animales domesticados. Es porque no cree que la participación de animales en una cabalgata es un error.
Va a ser interesante saber quién cierra el expediente. No creo que haya directora ni jefe de servicio que firme el conforme de la factura “dromedaril”. Entendería que hubiera un reparo por parte de la intervención, teniendo que ser la propia alcaldesa quien resolviese la discrepancia. Ahora bien, sin conocer los detalles, puede liarse la cosa. Si el contrato, como parece, ha sido formalizado desde Divertia, empresa pública cuyo presidente formó parte de la lista de VOX, a mi modo de entender debería ser el propio Oliver Suárez el salvador, si lo hubiera, del reparo. La presidencia de la empresa que, seguramente, firmó el contrato de adjudicación (recordemos que el gerente actual de Divertia carece de poderes, es decir, tiene un sueldo de alta dirección sin asumir ni ejercer responsabilidades) deberá autorizar el pago de un servicio no realizado, con un posible reparo de intervención por inadecuación administrativa. Con probabilidad, mismo adjudicador y mismo firmante ante el reparo de legalidad. Es decir, si fuera así el relato, el concejal que formó parte de la lista de VOX, Oliver Suárez, adjudicaría y levantará reparo ante las dudas legales. Queda mucho desierto todavía para ver la llegada del oasis.
Carmen Moriyón “Schopenhauer” lleva usando muchas estratagemas en estos pocos meses: su comparecencia tras el paso de un concejal de VOX al gobierno de FORO, PP y VOX, es un tratado en pocos minutos de “El arte de tener razón”. En el salón de pleno, en su sillón, envuelta en la erística, se movió en la provocación al portavoz del grupo municipal socialista, buscó símiles que le eran favorables, redujo al adsurdum, jugó con mutatio controversiae y se meció en argumenta ad hominen, todo unido en un discurso sin respuesta a la pregunta formulada por la oposición y al tema tratado.
Su defensa de la mentira realizada por la entonces candidata Moriyón ante el Consejo de Mujeres referente a un futuro posible pacto con VOX, es un alarde de las estratagemas número 1, 17 o 23. Recordemos lo dicho por la ya alcaldesa, alcaldía gracias a los votos y al acuerdo de gobierno con la ultraderecha, alcaldía gracias a mentir al Consejo de Mujeres y a la ciudad de Xixón: “Mi palabra no vale más que la de 70.000 gijoneses”. Ahora, pasados los meses, desconozco si vale más su palabra que antes, así como desconozco quién dijo “Se acabó”, pues no sé si dicho arrebato es de ella o de los 70.000 gijoneses de los que hablaba previamente, más, si cabe, reiterando que el número dos de la lista de VOX sigue teniendo competencias de gobierno en nuestra ciudad, es decir, un “Se acabó”…a medias.
En otro momento sublime de “El arte de tener razón”, ante una crisis en el gobierno por separar los concejales de VOX, poniendo uno en el gobierno y otro en la oposición, se apoya sin dudar de dialéctica erística y hablamos de otro tema, EMULSA, para envolvernos en mutatio controversiae y prosilogismos, por cierto, asunto, el de la empresa pública, del que nunca más se supo tras el cambio súbito de tema por parte de la alcaldesa. Otra estratagema que evita, sacando un tema a la palestra, seguir hablando y tener que dar la razón a la izquierda por el cambio de responsabilidades del número dos de la lista de VOX, Oliver Suárez. Un concejal que ha pasado a formar parte de un gobierno gracias a un pacto en contra de acuerdos nacionales firmados por doce partidos, entre los que está FORO, un concejal que ha pasado a formar parte de un peligroso tripartito interruptus PP, FORO, VOX, en Xixón.
El arte de tener razón es maravilloso, pero con el tiempo se ven las costuras.