Amigos, militantes y compañeros despedían este martes a la asturiana, referente en la lucha antifranquista

El de Ana Sirgo Suárez, «Anita Sirgo» no es un nombre cualquiera. La asturiana se convirtió, gracias su férrea lucha contra la dictadura franquista, en todo un icono de la resistencia asturiana, símbolo del PCE en la región y todo un referente para quienes heredarían años más tarde parte de ese espíritu incombustible que la caracterizaba. Una lucha que le valió la estancia varias veces en prisión, donde recibió torturas y humillaciones, como el rapado que muchas de las mujeres «insumisas» sufrían entonces.
Este lunes Ana, «Anita», fallecía tras 93 intensos años, dejando tras de sí miles de muestras de condolencia y una despedida histórica en Langreo. Hasta allí se desplazaron este martes familiares, amigos, militantes y representantes políticos que no quisieron dejar escapar la oportunidad de brindar a la de Lada su última despedida. Entre otros, estuvieron presentes el presidente del Principado, Adrián Barbón, el secretario general de CCOO en Asturias, José Manuel Zapico, el consejero de Ordenación de Territorio y coordinador general de IU-Asturias, Ovidio Zapico, y el director general de la Agenda 2030 del Principado, Juan Ponte.
La comitiva despedía a Sirgo en la sede sindical de CCOO en el Nalón, momento en el que el salón se unió entonando ‘La Internacional’, para poco después acompañar el féretro hasta el Pozo Fondón. Sobre su féretro la acompañaban dos banderas, la republicana y la de CCOO, además de un tacón -convertido en todo un símbolo tras arrojarlo a un guardia civil durante una manifestación- y un puñado de maíz, como el que, en aquella época, algunas mujeres, también Anita, tiraban a los pies de los esquiroles para retratarlos como «gallinas». En redes sociales el seguimiento de la despedida ha sido masiva, y han sido muchos los que han querido dejar por escrito su despedida a la asturiana.