En 1984 el dúo argentino formado por Lucía y Joaquín Galán admitió en una entrevista que el que su padre fuese de Pola de Somiedo contribuyó a la influencia de la lengua autóctona en sus primeras experiencias musicales
‘Dímelo delante de ella’, ‘Por siempre y para siempre’, ‘Olvídame y pega la vuelta’… La discografía de Pimpinela, el legendario dúo fundado en Buenos Aires por los hermanos Lucía y Joaquín Galán, es rico en piezas emblemáticas, convertidas en verdaderos himnos de la cultura musical argentina desde que diesen sus primeros pasos artísticos, allá por el año 1981. Pocos saben, sin embargo, que sus pegadizas letras tuvieron un embrión muy diferente a ese inconfundible español propio del país andino. En una entrevista concedida en 1984 los hermanos Galán confesaron que su pasión por el canto comenzó ya de niños, entre los muros de su hogar. Y nada menos que en asturiano.
Fue el hecho de que su padre, Joaquín Galán, hubiese nacido en Pola de Somiedo lo que posibilitó esa influencia de la lengua de su región natal. El progenitor se casó con la leonesa María Engracia Cuervo Álvarez, fallecida en 2020, y en 1948 dejó a su mujer atrás para cruzar el Atlántico y probar fortuna en Argentina. No fue hasta 1952 cuando ambos se reunieron de nuevo en suelo americano. El pequeño Joaquín, primogénito de la familia, llegó al mundo un año después, y Lucía hizo lo propio en 1961. Tras aquellos primeros pinitos en asturiano, el español terminó por asentarse como lengua dominante, algo que no impidió, como apuntó Lucía en aquella entrevista, que a Joaquín «le encantan las canciones asturianas».
Fue un excelente adelante