La FIFA traslada al Gobierno una batería de exigencias que incluye el pago de 50 millones en gastos, otros 100 de seguro y la posibilidad de cambiar el nombre al estadio, lo que «supera con creces las posibilidades del Ayuntamiento»
Siempre es duro ese momento en que, de súbito o progresivamente, la niebla de la ilusión se disipa, y una determinada esperanza se topa con la realidad, para bien o para mal. Y eso es lo que ha sucedido en torno a las posibilidades de que Gijón llegue a ser una de las sedes de la Copa Mundial de Fútbol del año 2030. Cuatro días después de que el Grupo Orlegi revelase su proyecto de modernización de El Molinón, y sólo uno después de que la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) remitiese al Principado y al Ayuntamiento el pliego de requisitos para que la candidatura se materialice, el Gobierno local ha sido tajante: a día de hoy, las exigencias puestas sobre la mesa por ese último organismo son imposibles de cumplir.
Era el diario El Comercio el que, este lunes, adelantaba las cifras del documento en cuestión, conformado por hasta 76 puntos. De entrada, la más llamativa es el desembolso de casi 50 millones de euros para cubrir gastos, procedentes de las arcas municipales, dada la doble condición de Gijón como urbe de acogida y propietaria del estadio. Sería sólo el primero de los pagos astronómicos, pues también habría que abonar otros cien millones en concepto de seguro para toda la competición. Más aún, el Consistorio debería organizar un festival complementario del Mundial, pagado de su propio bolsillo, al tiempo que la FIFA sería eximida de cualquier clase de impuesto. Por descontado, las cuentas del Gobierno deberían estar en regla, y se debería de su contenido. Y un dato curioso: la Federación se arrogaría el derecho a cambiar el nombre del coliseo gijonés en función de sus intereses.
Todo ello debería estar firmado antes del 23 de febrero para entrar en la lista de ciudades candidatas pero, por ahora, hay pocas esperanzas de que eso ocurra. El portavoz del Gobierno, Jesús Martínez Salvador, era claro al respecto: «El Mundial sería fantásticos para Gijón, pero no a costa de hipotecar al Ayuntamiento». Un Ayuntamiento cuyas posibilidades, a día de hoy, están lejos de alcanzar los mínimos fijados por la FIFA; sobre todo, «en un momento en que tenemos en desarrollo proyectos clave y prioritarios, como ‘Naval Azul’, Tabacalera o la ampliación del Parque Científico». En paralelo, Martínez Salvaron admitía que «carecemos todavía de detalles sobre la financiación que plantea el Sporting». Fuentes del club reconocían esta mañana a miGijón que el pliego de condiciones no obra en su poder, y que, «aunque no dudamos de que sea cierto» lo que en él se indica, «nadie lo ha visto».
En cualquier caso, la puerta aún no ha sido completamente cerrada. Con once días de plazo, el, portavoz municipal zanjaba su intervención reiterando que la voluntad del Ejecutivo gijonés de «trabajar para encontrar una forma de financiación viable sigue intacta».
Si todo el mundo dijera que no, a ver donde montaba la FIFA su Mundial/atraco. Como gijonés que vive en Canarias, solo espero que los manden a la FIFA, a la Federación, al Grupo Orlegui y demás mangantes tomar por el…campo grande. Puxa Sporting