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El despropósito técnico que ha rodeado a todo esto es muy cutre. Es muy cutre decir que vas a hacer un estadio enorme sin decir, después de meses, de dónde sale el dinero
El final. Del verano. Llegó… no es el final del verano lo que ha llegado como anunciaba el Dúo Dinámico, sino el final de la increíble historia del Mundial del 2030 en el Molinón. Y es el final por muchísimos motivos.
Ya la historia empezó regulín. Regulín porque deja claro que los actuales propietarios del Sporting y en eso, y por suerte parece que de momento solo en eso, se parecen a sus antecesores, no controlan mucho, o nada, de normas urbanísticas y similares; ya que la primera idea que propusieron para ser sede del Mundial era que había que tirar el estadio municipal de El Molinón abajo y hacer uno nuevo. Y ya de paso unos pisos y un parking privado.
Alguien les debió recordar que nada de lo que hablaban era suyo, ni el estadio, que, repito, es de propiedad municipal, ni el espacio público de alrededor, ni el parque, ni los viales, ni los bajos comerciales, ni tan siquiera las parcelas de suelo privado de los alrededores. Nada. Y si no tienes nada en propiedad es imposible que puedas acometer actuaciones de semejante enjundia. Superado eso, que insisto creo que no deja en muy buen lugar los conocimientos que puedan tener para optar a eventos de gran calado, se llegó al siguiente punto que fue buscar el apoyo y colaboración de las entidades públicas, el Gobierno del Ayuntamiento de Gijón y el Gobierno del Principado. Esto se logró. Pero, aunque se lograse, y en este caso conviene remarcarlo, la clase política no echó las campanas al vuelo asumiendo todo lo que fuera a venir. Fue, en términos generales, precavida, con ilusión, pero precavida. Me podéis decir que se podían haber ahorrado algún que otro paripé y fotografía, si es que al final no va a haber Mundial de futbol en Gijón, pero tampoco pretendamos apartar a algunos políticos de salir en las fotos. Tan bien, en política, aún no estamos.
Pero sigamos. Convencidas ya las instituciones públicas de Asturias de apoyar la idea de El Molinón como sede mundialista en 2030, el yerno del propietario del Sporting presenta una animación con una propuesta de cómo podría ser el nuevo estadio. Más acertado o menos el diseño (menos más bien) la propiedad del Sporting vuelve otra vez a demostrar con este paso que no parece entender cómo se realiza una tramitación urbanística legal. La reforma de cualquier bien de propiedad municipal que conlleve una inversión superior a unos pocos miles de euros (serían 150 millones de euros en ese caso) requiere un proceso público que conlleva también que el proyecto se adjudique a quien el propietario, o en quien delegue, decida. Vamos, que lo de que todo quede en familia para la reforma del estadio tampoco puede ser.
Mención aparte, en todo este desvarío de buenas palabras y de frases baratas de motivación de sobremesa, es que el único requerimiento necesario para que todo esto tenga sentido, que es el capital privado, de eso nadie sabe nada. Nadie sabe ni de dónde, ni cómo pretenden afrontar semejante desembolso la propiedad del Sporting, más de 300 millones en la idea inicial y 150 en la actual.
Y con todo esto, entró la FIFA a abrir juego. Vaya por delante que los requerimientos de la FIFA huelen a alcanfor y a ranciedad. Huelen a privilegios, huelen a que 2.000 o 3.000 entradas de cada partido quedan para ellos. Huelen a que no quieren pagar impuestos, a que todo corre a cargo del Ayuntamiento o de quien sea, y que ellos tienen que tener mesa y mantel a plena disposición. Huelen a prepotencia y huelen a historias de mafias y de intereses de corruptelas. Pero eso ya lo sabíamos. Si, quizá no hayan hecho el cálculo antes, pero lo de que la seguridad corre a cargo del Ayuntamiento, lo de que se tiene que tener cedida la policía local a coste cero, eventos paralelos sin coste para la FIFA, transporte público a disposición total, y que todo eso además lo compruebe la FIFA, como si se tratase de un supervisor, se sabía. Basta con meter medidas FIFA en un buscador y además de las cosillas del estadio te salen todas estas que ahora parece que serán el paredón definitivo contra el que se estrelle esta entelequia sin razón ni sentido.
Sin razón porque el despropósito técnico que ha rodeado a todo esto es muy cutre. Es muy cutre decir que vas a hacer un estadio enorme sin decir, después de meses, de dónde sale el dinero. Sin sentido porque esta aventura, sin un campo detrás y sin un cheque en blanco de dinero público no saldría nunca. Pero quizá la propiedad del Sporting contaba con que la presión de todos estos anuncios calaría en la ciudadanía y en la clase política, y si bien es cierto que representantes de VOX, Cámaras de Comercio, FADE y cosas similares salieron diciendo que todo es maravilloso, el resto de la sociedad se ha quedado a la espera. A la espera porque lo de que el Mundial de Futbol venga a Gijón está bien, a la mayoría puede que no nos desagrade la aventura, pero hace mucho que pasó el tiempo del derroche absurdo cuando las necesidades de la ciudad son otras.
Y cuando las necesidades del futbol, en especial las de los que somos aficionados del Sporting son otras: que suban a primera, a la categoría en la que debemos estar. Eso prima por encima de uno y mil mundiales, Y sí, claro que sí, no hace falta ir a todos los partidos, ni a todos los sectores o a todas las gradas para comprobar que El Molinón necesita mejoras. Incluso algunas estructurales, y el Ayuntamiento en eso debe mojarse. Aunque estaría bien que la propiedad del Sporting se mojara antes, comprando las instalaciones de Mareo, que tampoco son suyas, son municipales. A lo mejor esos 10-12 millones de euros sí ayudarían para iniciar una buena reforma. Habría que verlo.
Y sí, a mi entender las declaraciones públicas del Ayuntamiento de Gijón, a instancias del dinero que conllevaría ejecutar las medidas FIFA, son el fin de esta idea. Solo se me ocurre una salida y es que la propiedad ponga sobre la mesa comprar el Molinón. Ya puestos a liar más el asunto, sería el último paso de toda esta ensoñación que nos aleja de lo queremos en Gijón para nuestro equipo, un Sporting en primera y un estadio municipal que mantenga la esencia de toda la historia de ese club y de la ciudad, que está muy por encima de propiedades e inversiones. ¡Puxa Sporting!
Alguno me odiará, pero no entiendo porque el estadio debe ser municipal. Prefiero que lo compre el club y adiós, un gasto menos de mantenimiento y de dolores de cabeza para la ciudad, y a poder ser con los terrenos adyacentes. A ver si terminamos con el modelo americano de aparcamiento en superficie que destruye media Gijón.
Claro que me gustaría otro mundial más en Gijón, pero ni Ayuntamiento ni Principado que poner un duro. Hay cosas más importantes en que invertir los recursos de los ciudadanos. Muy buen artículo.
Esas cosas importantes en las que invertir, ¿son como las de los últimos 40 años?
Lamentable.El retorno seria mayor que laminversion.
Es la única ciudad que losmpoliticos no han liderado un proyecto que beneficia a su ciudad.
Todos sabemos que en Foro se trabaja poco.
El retorno seria mayor que la inversión para quien? para el ayuntamiento, para los ciudadanos? No creo, y Gijon tiene carencias mas importantes que ser sede de un mundial. Vale mas trabajar poco y bien, que no como nuestra queridísima Gervasia, mucho y muy mal
Llevamos 20 años en la ruina, una ciudad en decadencia absoluta ( antes de plantearse un Mundial) . Este evento es una oportunidad de oro para usarla como palanca para proyectos pendientes que son de competencia provincial y estatal. Palancas que serán usadas en otras comunidades a tal fin ( no es magia, son tus impuestos) , ya sin entrar en retornos de ninguna clase. El problema es que hay que trabajar, y estos políticos no tienen ganas. Ya pueden volver a hablar de solarones y cascayos. LAMENTABLE, como este artículo.
El dinero público es para lo público. De todos los ciudadanos.
Ni fútbol, ni toros con dinero público.
El que tenga una afición, que se la pague. Como yo.