El llagar Sidra JR quedará a cargo en el que será su primer negocio de restauración
Hay locales que configuran la identidad de un lugar sin que ninguna institución los haya nombrado “patrimonio histórico” y en ese sentido, cualquier gijonés puede decir sin temor a equivocarse que la sidrería Casa Ataulfo ha sido uno de ellos para la ciudad. Sin embargo, la contribución de Ataúlfo Blanco y su mujer Rosa Vitienes tras la barra y a golpe de culín termina este domingo, cuando el reloj marque fin de jornada a las 12 de la noche para echar un pestillo que nunca volverán a abrir siendo hosteleros.
El matrimonio al frente del negocio se jubila después de 41 años sirviendo unos arroces con bugre y calderetas de marisco que ya forman parte de la historia hostelera de esta ciudad, y lo hacen con una mezcla de “pena y alegría a partes iguales” que les está haciendo sentir “de todo un poco” en los días previos al adiós con sus clientes. “Es algo nuevo, llevamos tantos años al frente del negocio que da un poco de vértigo”, expresa Vitienes.
Rosa habla de la despedida ‘con la boca pequeña’, como si le costase expresar lo necesario que hay detrás de la decisión por riesgo a desmerecer a sus clientes, pero “el tiempo pasa tan rápido…Cuando uno es joven lo puede todo y cuando empiezas a ver que ya no, estás pero ya no es lo mismo”. Para el matrimonio, es momento de “descansar y disfrutar de la familia” que han formado junto a sus tres hijas y cinco nietos lejos del local en el 29 de la calle Cabrales, pero en momentos de cierre de etapas “el corazoncito va por libre”, como Rosa resume.
Y más cuando la entrega ha sido tanta y su clientela se la ha devuelto con auténtica devoción. “La gente lo siente muchísimo, todo el mundo ha sido siempre encantador con nosotros y somos como familia”, razonan. Incluso, aquellos comensales más famosos y distinguidos que tantas veces han dado de comer en sus visitas, actuaciones y paradas en la ciudad. Actores, empresarios, deportistas…
El testigo ahora en forma de local pasa a manos de Sidra JR. El llagar gijonés se hará cargo de la sidrería para comenzar su primera experiencia hostelera, de la que aún se desconocen detalles. Ataúlfo y Rosa, junto al resto del equipo, dejarán paso al nuevo espacio el domingo. Se irán sin celebraciones ni actos especiales; será una jornada en la que se dedicarán a lo de cada día: hacer su trabajo lo mejor que saben.
