El Jardín Botánico inaugura hasta el 31 de marzo los trabajos hechos por artistas con diversidad funcional pertenecientes a colectivo BERDE para celebrar el Día Mundial del Agua
A Julio Enrique Fernández (Oviedo, 1982) le preocupa bastante el asunto de los plásticos en los océanos. «Contaminan la fauna marina, son ingeridos por peces que consumimos y luego vuelven a nosotros porque nos comemos esos animales», razona. Ser testigo de la contaminación plástica genera a Julio malestar; desasosiego que le llevó a crear una imagen en la que unas «garras» plásticas en forma de red se extienden a través de una planta recogida en una maceta. Las redes portan peces, pero estos son lo de menos dentro del ‘Mar de plástico’ que estas terminan formando, el título con el que el ovetense bautizó su obra.
Julio plasmó su preocupación por los océanos en la obra; ese fue el lugar de reflexión desde el que pensó en agua entre todas sus formas, temáticas y problemas. Esta figura constituye solo una de las diez creaciones en las que un grupo de artistas con diversidad funcional han estado trabajando en las últimas semanas desde los talleres del Jardín Botánico bajo la dirección artística de Raquel Sakristán, especializada en proyectos de creación colectiva. Hoy han recorrido Gijón para ver los carteles publicitarios que dan a conocer la exposición, disponible en el Botánico desde este martes 19 y hasta el 31 de marzo.
La iniciativa llevada a cabo por colectivo BERDE responde a una campaña de concienciación en la que colaboran con la Empresa Municipal de Aguas de Gijón (EMA) y el propio Jardín Botánico para celebrar el Dia Mundial de Agua 2024, el próximo viernes 22 de marzo. La intención para que el proyecto generase sinergias para público, artistas y entidades implicadas pasaba por la necesidad de que los participantes «pensasen en sus propias experiencias personales y cómo atraviesa el agua su situación vital», cuenta Marisol Álvarez, coordinadora del colectivo gijonés.
Los oasis han jugado un papel importante en las reflexiones que acompañaron el proceso, porque estos «permiten el desarrollo y la propagación de la vida en entornos hostiles, simbólicamente son refugios, lugares de descanso y recuperación». José Antonio Ruiz, (Oviedo, 1958) ha compartido su obra con el público desde Begoña, donde se ubica el mupi publicitario con su instalación ‘Oasis de paz’. Esta recoge dibujos y pintadas con símbolos que aluden al yoga y las artes marciales, sus remansos de paz particulares. En el autobús que ha recorrido los carteles inaugurales, sus compañeros le reciben con aplausos y felicitaciones. Entre ellos estaba instalado un ambiente de satisfacción ante un trabajo creativo y personal bien hecho.