La Junta de Hermandades y Cofradías de Gijón toma la decisión ante la intensa lluvia y el fuerte viento de este miércoles, aunque confía en que la marcha del Vía Crucis, fijada para esta tarde, se lleva a cabo sin incidentes
Se esperó hasta el límite de lo tolerable. Con los corazones encogidos y las miradas alzadas al cielo, cientos de devotos aguardaron este miércoles a que las inclemencias meteorológicas diesen un respiro, a que la lluvia y el viento remitiesen el tiempo suficiente como para que se materializase una de las procesiones más espectaculares de cuantas conforman la Semana Santa gijonesa: la del Encuentro camino del Calvario. Sin embargo, esta vez no pudo ser… A la vista del persistente mal tiempo, la Junta Mayor de Hermandades y Cofradías tomó la decisión de suspender la marcha, con el fin último de proteger los cuatro pasos participantes. Una medida comprendida por la mayoría de nazarenos y fieles, pero que no mitigó el dolor ante la imposibilidad de hacer ver a la ciudad el trabajo de estas largas semanas de preparativos.
«Creo que lo de un jarro de agua fría nunca tuvo tanto sentido», se lamentaba la joven Lorena Cuadras, quien se desplazó desde su Avilés natal para, por primera vez en sus veintinueve años, disfrutar de la Semana Santa de la vecina Gijón. A resguardo bajo los soportales de la Plaza Mayor, donde debería haberse producido el encuentro, se animaba pensando en que «el año que viene le daré otra oportunidad». Una resignación que compartía Ernesto Valle, que bajó al centro desde Contrueces para gozar de un acontecimiento… Que no llegó a darse. «Para quienes llevamos esta celebración en la sangre ha sido un hachazo, pero lo entiendo; los pasos son muy valiosos, y hay que protegerlos». De hecho, él fue uno de los muchos gijoneses que optaron por desplazarse a las iglesias de San Pedro y San José para contemplar el fruto del esfuerzo de los integrantes de las agrupaciones.
Ahora la esperanza es que los actos de este Jueves Santo no corran la misma suerte. El programa oficial prevé que, a las 18 horas, se celebre la Eucaristía en San Pedro, a la que sucederá dos horas más tarde la procesión del Vía Crucis. El Santo Cristo de la Misericordia y de los Mártires, portado por la Ilustre Hermandad de la Santa Misericordia, abandonará San Pedro y recorrerá Campo Valdés, el paseo del Muro, Álvarez Sala, Melquíades Álvarez, la Trinidad, la plaza del Marqués y los Jardines de la Reina. Desde allí entrará en la calle Corrida y seguirá por San Antonio, Instituto, Martínez Marina, San Bernardo, de nuevo Álvarez Sala y el Muro, para acabar en Campo Valdés. Finalmente, a las 22 horas tendrá lugar en San Pedro la Hora Santa, abierta a todos los públicos.