La semilla está ahí, en Gijón existe y está latente desde hace tiempo. Está esperando agua, pero no la sabemos regar
Aun siendo propia, la reflexión que hago en esta tribuna es compartida por mucha gente afín a este deporte: el baloncesto profesional en Gijón necesita ayuda, una ayuda urgente, real y coordinada por alguien con la fuerza suficiente para sentar a todas las partes y, si es necesario, dar un golpe figurado en la mesa que genere un proyecto único e ilusionante.
Lo primero a destacar es que el titular que he elegido, es un poco engañoso. El baloncesto base en Gijón, y en Asturias en general, goza de una salud excelente; cada vez hay más licencias, más equipos, más clubes (esto tal vez, no sea tan positivo) y más competiciones federadas. Todo esto se traduce en unos resultados cada vez mejores en las competiciones de selecciones y en unos deportistas, masculinos y femeninos, que mejoran día a día el nivel baloncestístico en todas las categorías de nuestra comunidad.
Pero el problema del baloncesto en Gijón, insisto, se encuentra en categorías sénior. Recién acabada la competición en liga EBA baloncesto masculino (el escalón más alto en el baloncesto gijonés) podemos decir que el resultado este año ha sido bastante malo, decir otra cosa sería engañarnos. Dos de los tres equipos asturianos, descendidos y el tercero, en mitad de la tabla, en tierra de nadie, cuando lógicamente los objetivos de los tres equipos al inicio de temporada distaba mucho de los resultados obtenidos. En el baloncesto femenino de Gijón, debéis disculparme, tengo bastante menos información, pero en liga nacional femenina, FODEBA sigue en competición, aunque fuera del grupo de ascenso.
Gijón no se merece padecer por más tiempo esta situación, donde el baloncesto local parece más bien unos reinos de Taifas, en el que cada parte solo se fija en su parcela y en vez de sumar, busca como puedo restar al otro. Esto lleva, como es de esperar, a una pérdida de talento, tanto deportivo como de gestión, que no conduce a nada.
Esta travesía por el desierto baloncestístico, que ya sufrimos por demasiados años, debe acabar; Gijón no se lo merece. Tenemos la inmensa suerte de tener un Palacio de los deportes imponente, instalaciones de gran nivel, espacios públicos donde entrenar o hacer deporte en general, una ciudad amante del deporte, un marco envidiable, envidiable de verdad, tanto es así que me consta que muchos técnicos y deportistas se decantan por Gijón antes que por otras ciudades.
Soy consciente, de primera mano, que se han tratado de hacer cosas, sinergias, alianzas, fusiones… en resumen, fórmulas varias para hacer proyectos comunes entre varios clubes y en distintas líneas, pero ninguna ha llegado a término.
Sé que hay gente que lo intenta, que busca maneras para crecer y mejorar, pero finalmente de una u otra forma acaban en nada. Si algo tengo claro es que, en el baloncesto local, cualquier persona que esté involucrada, ya sea en la gestión de algún club o equipo, o gente que quiera sumar, tendría cabida en un proyecto común con otro u otros clubes. Hay espacio, estoy convencido al 100×100, para un
grupo de trabajo mayor y con unas expectativas más grandes (tanto de baloncesto masculino como femenino). Creo que no necesitaría ni decirlo, pero un proyecto por el baloncesto gijonés, con la suma de varios, aumentaría muchísimo el peso del nuevo club en el ámbito deportivo de la ciudad.
La fórmula actual no nos llega para conseguir un objetivo mayor: subir de EBA, consolidar un equipo en LEB PLATA y una vez conseguido esto, buscar estar en zona alta del baloncesto profesional. Tanto Círculo Gijón Basket como Gijón Basket tienen ideas o proyectos que no son suficientes para llegar a esto (basándome en los resultados). Son ya varias temporadas en la que ninguno de los equipos llega con opciones a nada, y lo que es peor, con descenso de categoría incluido.
Podría incluir también al Grupo Covadonga, que año tras año demuestra tener un equipo con unos deportistas por encima de la categoría Nacional por la que transitan pero no se proyectan más. Debido a esto, algún jugador ha optado por salir fuera de la región para continuar su progresión, como es normal. Gijón pide baloncesto profesional a gritos, Gijón merece baloncesto profesional, Gijón puede tener baloncesto profesional. Acabada la temporada, hay unos meses para empezar el nuevo proyecto, es el momento, es el día, es, la hora, ¡es ahora!
Estamentos públicos, señor concejal de deportes, deseamos recuperar la ilusión de Gijón por el baloncesto profesional. Hace falta un aglutinante, alguien que pueda ejercer un papel de mediador, y con poder de decisión para que el barco se pueda lanzar al agua. Estamentos privados, el deporte es vida, es clave en el desarrollo humano, tanto en lo físico, mental y social, está en todas partes y como imagen de marca vincularse a él da una visibilidad enorme y positiva, ¡anímense!
La semilla está ahí, en Gijón existe y está latente desde hace tiempo. Está esperando agua, pero no la sabemos regar.
Pues antes que la inversión pública se plantee una lluvia de dinero para un hipotético proyecto de baloncesto profesional, mejor se fijaba en la lluvia de verdad y les goteres que tienen TODOS nuestros pabellones, en la saturación de las pistas, en los barrios que no tienen instalaciones… y no digo que no sería bonito y bueno un baloncesto más profesional en Asturias, pero no con una inversión pública para clubs privados.