Dos personas, ambas de nacionalidad colombiana, han sido detenidas por la Policía Nacional por su presunta implicación en la muerte de su compatriota, que tenía su domicilio en Colloto y era padre de dos hijas
Esta vez la esperanza, tristemente, no ha concluido con un desenlace feliz. Un mes después de que sus familiares denunciasen su desaparición, y tras la investigación llevada a cabo por la Policía Nacional, el cadáver de John Jairo Pérez Chavarro, de 52 años, era encontrado este miércoles, enterrado en una finca de las proximidades de El Campo, en la parroquia sierense de Granda. Dos personas, ambas de nacionalidad colombiana, como el fallecido, han sido detenidas por su presunta implicación en el suceso; de hecho, según adelantaba esta madrugada el diario El Comercio, los arrestados compartían parentesco con Pérez, y fueron los mismos que denunciaron su ausencia.
Vecinos de la localidad y personas próximas al finado han relatado a miGijón que, efectivamente, durante días el lugar ha sido un ir y venir de agentes policiales y profesionales forenses, que «hicieron preguntas» y recogieron distintas muestras en las inmediaciones de la parcela en la que el cuerpo fue hallado, así como en los negocios cercanos. El operativo de extracción de los restos mortales precisó del uso de una pequeña excavadora, y hubo que hacer varios agujeros en la tierra antes de dar con la ubicación correcta. Por el momento, la investigación continúa abierta; no obstante, el periódico La Nueva España asegura hoy que el cadáver presentaba signos de apuñalamiento. Por su parte, El Comercio especula que todo podría responder a un ajuste de cuentas fruto de actividades desarrolladas antes de la llegada a España del fallecido.
De hecho, la estadía de John Jairo Pérez Chavarro en territorio español fue relativamente breve. Llegado desde su Colombia natal el pasado julio, pronto encontró un trabajo estable en la empresa La Senda, para la que desempeñaba labores de limpieza, jardinería, mantenimiento y reparaciones. Con una hija de once años viviendo en Valladolid, fruto de una relación anterior, y una mujer y otra hija de trece meses en su país de origen, durante estas semanas de incertidumbre y espera su familia ha asegurado insistentemente que no se le atribuían vinculación alguna con cualquier clase de actividad sospechosa. «Nunca ha estado metido en nada raro«, afirmaban sus más cercanos.