La alcaldesa, Carmen Moriyón, ha inaugurado un equipamiento que, a juicio de Fermín Montes, presidente de la Asociación de Ostomizados del Principado, resulta «vital» para quienes han sufrido dicha intervención
No es fácil asumir las consecuencias de una ostomía; no sólo las emocionales y psicológicas, sino, incluso, las meramente físicas. El tener que convivir con una bolsa adherida al cuerpo en la que recoger las propias deposiciones plantea mñas de una dificultas ante acciones tan cotidianas como, por ejemplo, ir al servicio. Por ello, la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, ha inaugurado este martes el primer baño público adaptado para personas ostomizadas presente en un espacio municipal. El nuevo equipamiento, ya en servicio, está ubicado en la zona de Poniente, frente al complejo Talasoponiente. Es el primero de una tanda de cuatro o cinco que, en principio, se habilitarán en la ciudad, con un desembolso conjunto de unos 15.000 euros.
El horario dependerá del servicio de baños adaptados, por lo que su uso está vinculado al periodo de disfrute de las playas. Dicho esto, desde el Consistorio se buscará la fórmula para que esté abierto todo el año, si bien no sería de extrañar que fuese víctima del vandalismo nocturno que impera en la zona, en forma de pintadas y destrozos. Una dinámica que, quizá, no se dé en los tres o cuatro más que se aspira a habilitar, y que estarán emplazados, muy probablemente, en centros municipales integrados.
«Hay personas con este problema que ni salen de casa por no encontrar un baño adaptado», denuncia Montes
En declaraciones a los medios, Moriyón ha señalado que se trata de un «pequeño gesto» y algo «muy sencillo», pero que, en realidad, es fundamental para las personas ostomizadas, para darles calidad de vida «digna». Junto a ella ha hablado el concejal de Obras, Gilberto Villoria, quien ha destacado que esta obra se ejecutó con personal de un plan de empleo. No obstante, la más sentida de las intervenciones ha sido la de Fermín Montes, presidente de la Asociación de Ostomizados del Principado; agradecido y deseoso de que el gesto sirva de ejemplo al resto de municipios asturianos, ha remarcado que el que haya baños adaptados para ellos es «vital». A modo de ejemplo, ha apuntado que es «muy complicado» para personas de 65 o 70 años el tener que arrodillarse para ir al baño. «No es digno».
De hecho, ha llamado la atención sobre que hay personas ostomizadas, sobre todo mayores, que ni salen de casa por este problema de no encontrar un baño adaptado. Alineado con ello, ha puesto sobre la mesa el que en la zona de Benia de Onís, Cangas de Onís o Arriondas se encuentran con más baños adaptados para ellos, incluso en hoteles o campings. Con todo, cierto es que en Gijón hay otro que cumple con la normativa, situado en la Escuela Politécnica de Ingeniería (EPI), sin contar con los que se hallan en los hospitales de Cabueñes y Jove, así como en el centro de especialidades de Pumarín, pero «son más antiguos», y no cumplen la normativa actual. «Tienen pequeños defectos que hay que subsanar», ha apuntado Montes.