Paralelamente, el comité de empresa iniciará el miércoles un encierro de cuatro días, todo ello hasta que la gerencia del centro aplique la solicitada equiparación salarial con el SESPA, y refuerce la dotación de personal
«El que avisa no es traidor». El siempre sabio refranero popular ya lo dijo con esa archiconocida frase… Y el comité de empresa del Hospital de Jove, también. Tras cinco largos meses de negociaciones infructuosas con la gerencia del centro para adecuar el convenio, de reiteradas peticiones de mejora de sus condiciones, de concentraciones a las puertas del recinto y de acumulación de apoyos oficiales desde los Gobiernos del Principado, de Carreño y de Gijón, la plantilla del segundo complejo médico más importante de esa última ciudad ha agotado su paciencia, e irá a la huelga. Será los días 29 de mayo y 5 de junio, cumpliendo con el calendario ya consensuado con los trabajadores, en un movimiento de pieza que, se presume, logrará un seguimiento masivo. Previamente, a partir del próximo miércoles los miembros del comité protagonizarán cuatro jornadas consecutivas de encierro en el hospital.
«Ya no podemos seguir así por más tiempo», confirman desde la representación de la plantilla, que ya ha presentado los preavisos para el encierro, y mañana harán lo propio con los de las jornadas de huelga. Sus peticiones no se alejan ni un ápice de las esgrimidas desde principios de año. Y la principal de ellas es la homologación salarial de todas las categorías con sus equivalentes del Servicio de Salud del Principado (SESPA). «La empresa nos ofrece una subida lineal, pero no nos sirve; a día de hoy hay profesionales que están perdiendo entre un 5% y un 12% de su sueldo base, en función de su categoría», aseguran en el comité. Eso, sin contar los restantes complementos, como los conseguidos por guardias y festivos. «Al final, profesionales que llevan aquí veinte años están perdiendo un 30% de retribuciones respecto al SESPA«, concluyen, convencidos de que «no es normal, que gente con tanta antigüedad se esté yendo; hay quienes están esperando la resolución del convenio para tomar una decisión, y si muchos se marchan, el problema será grave«.
Pero ese es sólo uno de los frentes abiertos. El otro, no menos importante, es la necesidad de reforzar el organigrama del centro, ajustar la ratio y descargar de exceso de trabajo a una plantilla formada por 581 profesionales de todas las áreas, que debe dar servicio a nada menos que a 60.000 asturianos. Desde la gerencia han reiterado que el estado actual de las cuentas no permite acometer esa ampliación, pero a los trabajadores ese argumento no les convence. «En el Hospital de Mieres, que tiene menos camas que el nuestro, el personal lo integran 1.100. Entre esas dos cifras falta un abultado número de trabajadores, y si eso se traduce en dinero, entendemos que la financiación no es la adecuada«, concluyen.
Por el momento, esta misma tarde el comité sostendrá un nuevo encuentro con la gerencia, a fin de intentar alcanzar un punto de entendimiento que, finalmente, resuelva el entuerto y haga innecesarios tanto el encierro como la huelga. La esperanza sigue ahí, aunque ya el lunes el SESPA, comprometido a encontrar una solución, abordó la cuestión con los responsables del hospital, sin que estos últimos «nos hayan trasladado nada de lo que se habló, ni nos hayan dicho si hubo acercamientos». No obstante, de no obrarse ese ‘milagro’, sólo a la asamblea de los trabajadores que tuvo lugar ayer concurrieron más de 350 personas, un apoyo con el que «estamos muy contentos; la verdad es que se agradece esa implicación».