Cuando la gente se hace mayor, «trabajar en una huerta o en un jardín es una manera maravillosa de estar activo», señala la botánica Marián Parra

El Día de la Fascinación por las Plantas tomo el sábado el Jardín Botánico Atlántico de Gijón. Una jornada, que se conmemora desde 2012 bajo la coordinación de la Organización Europea de Ciencia para las Plantas, y que se dedica a resaltar su importancia en nuestra vida diaria. Pero para Marián Parra, responsable de la tienda de plantas del Jardín y apasionada botánica, esta fascinación va más allá de un solo día: «Dado mi trabajo y estudios, las plantas son importantes los 365 días del año. Es una pena que la gente no es consciente de la influencia de las plantas en su vida, hay mucha ceguera vegetal», comenta, y resalta cómo las plantas están presentes en aspectos muy variados, desde los tejidos de nuestra ropa hasta los muebles de nuestras casas, y tienen un papel crucial en la purificación del aire y en la producción de oxígeno.
Además, destaca que, cuando la gente se hace mayor, «trabajar en huerta o jardín es una manera maravillosa de estar activo, pues haces un ejercicio que va a ser lo ligero o intenso que tu condición de salud te permita; te vas a agachar, levantar peso, tirar de pala, plantar plantas; vas a hacer un mantenimiento, arrastrillar…». Señala que «contribuye a que tus articulaciones se muevan, y a nivel mental estar en la naturaleza siempre tiene beneficios».
En los últimos tiempos, Gijón ha experimentado un notable crecimiento en el interés por la botánica, visible por la cada vez más amplia oferta vegetal. «En estos 21 años que llevo trabajando en el Jardín Botánico, se nota que hay gente que al principio buscaba las plantas que veía en las revistas inglesas y francesas de jardinería, y aquí eran muy difíciles de encontrar. Ahora, cada vez hay más sitios que las ofrecen», señala Parra.
La profesional enfatiza la importancia de la educación continua en botánica para la comunidad gijonesa. «Hace falta también un poco de educación por parte de los viveros para que puedan enseñar a la gente todas las características de plantas como, por ejemplo, la vivaces, que duran más que otras pero tienen una apariencia más rústica. Que los viveros sean capaces de asesorar bien a la gente. Si se va teniendo una oferta cada vez más amplia, la gente tiene más para escoger y más para utilizar, y es más enriquecedor», dice Parra.
Además, la jardinería en Gijón se está adaptando a las nuevas condiciones climáticas. «Ahora tenemos unos veranos más calurosos y unos inviernos o primaveras con menos lluvia. En jardinería, el enfoque se dirige a la dosificación del riego, a ahorrar recursos de personal y sustratos. Con unos cuidados mínimos podemos tener un mejor rendimiento», explica Parra. Este enfoque hacia la sostenibilidad es cada vez más relevante para los aficionados a la jardinería en Gijón, que buscan métodos más ecológicos y eficientes.

Las plantas vivaces, presentes en pequeños jardines en distintos puntos de la ciudad de Gijón (plaza de Europa, El Muro, Begoña) fueron protagonistas de la masterclass de Marián Parra celebrada el sábado en el Botánico, que colgó el cartel de ‘completo’ y recorrió tres áreas importantes del recinto: la zona histórica de la Isla, el área diseñada por el paisajista Fernando Gómez, y el recientemente renovado Paseo de las Hespérides.
La visita comenzó por el Jardín Histórico de la Isla, donde se pueden observar plantas que han estado allí durante más de dos décadas. «En la visita fui enseñando la evolución que han tenido las plantas en estos 21 años. Algunas han desaparecido, otras se han adaptado a las nuevas condiciones. El jardín es un ente vivo y, como tal, va creciendo y desarrollándose», comenta Parra. Este recorrido permite a los visitantes entender cómo las plantas responden a cambios ambientales y de luz, adaptándose o siendo reemplazadas por especies más adecuadas.
La siguiente parada es el jardín diseñado por Fernando Gómez, una muestra de jardinería sostenible y naturista que se ha convertido en un referente en el Botánico. «Esta zona, plantada hace tres años, sigue el ciclo biológico de las plantas de manera que, cuando llegue el otoño, las hojas se sequen y queden las espigas. No las cortamos, sino que las dejamos para que las semillas sirvan de alimento a la fauna y las hojas secas ofrezcan cobijo a pequeños animales», explica Parra. Este enfoque resalta la importancia de una jardinería que requiera menos agua y recursos, adaptándose a las condiciones climáticas cambiantes. Por su parte, el renovado Paseo de las Hespérides ofrece una lección práctica sobre la diversidad de plantas adaptadas a diferentes condiciones de luz y sombra. «La nueva plantación está dividida en dos zonas: una con especies que soportan mayor insolación y otra con vivaces de sombra. Aquí se da predominio a helechos y plantas que se desarrollan mejor en condiciones de menos sol», detalla Parra. Este espacio muestra cómo es posible crear jardines vibrantes y diversos en diferentes entornos, utilizando plantas que requieren menos riego y mantenimiento.
La celebración del Día de la Fascinación por las Plantas es solo el comienzo de una serie de eventos diseñados por Marián Parra para mantener vivo este interés a lo largo del año. «La idea es que este evento se pueda repetir a lo largo de las estaciones, cada seis semanas, para observar la evolución de las plantas y aprender a disfrutar de todas las estaciones. Quiero que la gente conozca cómo evoluciona el jardín y que aprenda a amar y respetar las plantas. Como dijo Jacques Cousteau: Sólo se protege lo que se ama, sólo se ama lo que se conoce», concluye.