Cumplidos ya tres meses desde su ascenso al cargo, el presidente de la delegación local hace balance de sus primeras semanas en el cargo, de la herencia recibida, de la labor realizada y de los proyectos de futuro
Se cuentan por miles los lugares de este mundo en los que la visión de un aspa suiza de color rojo sobre fondo blanco, el inconfundible símbolo de Cruz Roja, es motivo de esperanza, de la confirmación de hallarse en un espacio seguro en el que se prestará la ayuna necesaria para sobrevivir. Un impacto que no sólo se da en zonas de conflicto, en áreas arrasadas por catástrofes naturales o en países en vías de desarrollo. Incluso en una ciudad avanzada, como es el caso de Gijón, la organización que en 1863 fundó Henry Dunant, y que hizo acto de presencia en Asturias por primera vez hace 150 años, desarrolla una labor intensa, conformada por un amplio abanico de actividades que engloba desde la asistencia a los colectivos más desfavorecidos y la concienciación social en materia de solidaridad, hasta la intervención en emergencias y el apoyo en rescates marítimos. Y, desde el pasado marzo, es José Ramón González García (Gijón, 1956), nombrado entonces presidente de la asamblea local, quien ejerce de rostro visible y máxima autoridad de dicho entramado, tan complejo y exigente como imprescindible para buena parte de la población.
La llegada de González al máximo órgano de dirección de Cruz Roja en Gijón no ha sido un salto al vacío, ni mucho menos. Este veterano de la antigua Hidroeléctrica del Cantábrico, la actual EDP, curtido en la gestión de grandes cuentas energéticas, aterrizaba hace tres meses en una organización ya consolidada, reputada y en funcionamiento. Y ese mérito recae tanto en su inmediato predecesor, Ángel Benavente, y en el anterior presidente, Constantino Vaquero, como en todo el organigrama de un ente que, sólo en Gijón, cuenta 9.100 personas y 146 empresas asociadas, 517 voluntarios y una veintena de trabajadores. «No he partido de cero, ni mucho menos; el proyecto está encarrilado, y sólo hay que seguir trabajando en la misma línea«, reflexiona González. Y eso, el trabajo, es algo que no le ha faltado desde que llegó. Como no duda en reconocer, «hemos estado un poco apurados, con muchos proyectos nuevos. Espero poder relajarme un poco, pero está yendo bien, y estoy muy contento con este equipo; aporta ideas y tira del carro«.
Dentro de esos proyectos de nuevo cuño, quizá dos de los más destacados sean el ‘Primera Infancia‘, de apoyo a los menores gijoneses encuadrados en colectivos menos favorecidos, y la I Marcha Solidaria de la ciudad, que se disputará este 9 de junio, precisamente, para recaudar fondos con los que sustentar el anterior. En paralelo, bajo el mandato de González se han reforzado las colaboraciones con entidades como el Club Santa Olaya, el Grupo Covadonga o el Club Hípico Astur, intercambiando experiencias en materias como primeros auxilios, protocolos de socorro o concienciación social. Todo ello, por no hablar de los cursos para potenciar las capacidades de los colectivos en riesgo de exclusión, y de la tradicional apuesta de Cruz Roja por el empleo, ofreciendo formación y prácticas gratuitas en empresas a quienes se acogen a tales programas. Y las cifras hablan por sí solas: sólo en 2023, la entidad atendió en Gijón, de un modo u otro, a unas 6.000 personas.
«La sensación general es de satisfacción», plantea, orgulloso, González. Sin embargo, él mismo es consciente de que nada de todo eso sería posible si el sustrato no fuese de probada calidad; en otras palabras, la implantación de Cruz Roja hasta los niveles actuales no se habría producido sin la voluntad favorable de la ciudadanía. No en vano, tal como el presidente de la asamblea local comparte, «los gijoneses son gentes muy solidarias, que ayudan en lo que pueden, especialmente en aquellos proyectos que consideran oportunos; y lo mismo puede decirse del conjunto de los asturianos«. Un detalle que tendrá premio; el próximo 12 de agosto, coincidiendo con la celebración del Día de la Cruz Roja en la Feria Internacional de Muestras de Asturias (FIDMA), los voluntarios y socios podrán acceder gratuitamente al Recinto Ferial ‘Luis Adaro’ y sumarse a las diversas actividades específicas que se ofrecerán, sólo presentando su identificación.
Es precisamente el refuerzo de esa base de voluntarios uno de los deseos que González atesora para los cuatro años de mandato que pasará al mando de Cruz Roja en Gijón. «Es algo que siempre necesitamos; cualquiera a quien le sobre una hora a la semana seguro que tiene algo que aportar: un saber, una experiencia, el contenido de una charla… Y eso, por insignificante que pueda parecer, le puede resolver la vida a una persona«, sentencia. Es ese deseo confeso, que se reforzará a partir del 9 de junio con el desarrollo de nuevos proyectos, lo que insufla fuerzas en el recién llegado. «Esperemos que, como reza el lema de Cruz Roja, cada vez podamos ser mejores«.