El colectivo considera que la pretensión del Ayuntamiento perjudica a los hosteleros con presencia permanente en Gijón y menosprecia el bienestar del cliente, y clama por detener lo que entiende como una vorágine de contratación de eventos
No todo el mundo en Gijón ha acogido de buen grado la programación de su Semana Grande, que, fechada entre el 3 y el 15 de agosto, ya se postula como una de las más largas de cuantas se han organizado en la ciudad. Ahora bien, el foco de problemas no se haya en su rico cartel musical, ni tampoco en el abanico de actividades complementarias. Es la pretensión del Ayuntamiento, a través de la empresa municipal Divertia, de instalar hasta quince casetas hosteleras la que ha encendido el malestar en la plataforma Hostelería Con Conciencia (HCC). Sus responsables emitían ayer un comunicado en el que criticaban que la intención del Gobierno relega a un segundo plano a los negocios con presencia permanente en la urbe, además de tensar un modelo, el de contratación de más y más eventos que, opinan, está llegando a extremos poco sostenibles.
Con el sarcasmo como arma dialéctica, en HCC ven dicha intención como «una medida muy lógica en una ciudad carente de una oferta hostelera: sin apenas bares y con nulas opciones gastronómicas«. No en vano, y siempre de forma sarcástica, «Xixón es conocida por ser una ciudad sin vida en las calles y poco lúdica; se caracteriza porque en sus bares no se ven casi terrazas, ni conciertos, ni exposiciones, ni charlas, ni apenas ofrecen al cliente
una variedad culinaria digna de la capital de la Costa Verde». Y es que, a juicio de los integrantes de la plataforma, resulta inconcebible que en el Consistorio se considere que «se estará mejor tomando algo en una caseta y haciendo sus necesidades en una cabina de plástico, si hay suerte, que en uno de esos aburridos locales que tenemos en esta, pese a quien le pese, maravillosa ciudad».
No obstante, la indignación de HCC va más allá, hasta el modelo de festejos propiamente dicho. «Xixón cada año se sumerge en un maratón de festivales, fiestas, eventos, conciertos… Todo vale en la villa de Jovellanos, desde una mega cúpula taurina, hasta semanas que duran más de siete días«, atacan. La idea de base es sencilla: en el sector hostelero gijonés no se comprende «por qué se quiere potenciar una localidad en base a eventos que lo mismo podrían hacerse en Numancia de la Sagra o en Ferreira do Valadouro, en vez de fomentar el pequeño comercio, el chigre de barrio, el producto local… No todo es la ocupación hotelera». Eso sí, resignados, confirman que continuarán «aguantando el chaparrón» mientras el Gobierno local «sigue firmando acuerdos con estos y con aquellos», asesorado por «esos grandes empresarios de la hostelería».
En opinión de HCC, el modelo hostelero tradicional de Gijón es perfectamente válido, rentable y seductor. Es por eso que hacen un llamamiento a la alcaldesa, Carmen Moriyón, y a su equipo para que «potencien sus bares y restaurantes, y potenciarán no sólo la riqueza gastronómica y cultural,
sino la necesidad de seguir construyendo barrio y ciudad«. En suma, ante la temida gentrificación «no hay otro remedio que apostar por los gijoneses, por sus barrios, por sus negocios y por sus chigres». Y concluyen con un llamamiento a que los gobernantes de Gijón «sean coherentes, escuchen al chigreru, desestacionalicen los eventos, descentralicen las fiestas para que lleguen a más vecinos pero, sobre todo, dejen a los bares y restaurantes ofertar su producto sin competencias desleales».