Desde mañana y hasta el 29 de julio la parroquia rural encadenará siete días de música, cultura, gastronomía y diversión con motivo de las celebraciones de Santa Ana, primeras organizadas por la recién constituida Comisión de Festejos
Granda vive horas, como mínimo, especiales. Algo lógico, si se tiene en cuenta que, en menos de un día, mañana martes, la parroquia rural gijonesa comenzará las celebraciones en honor de Santa Ana, el mascarón de proa de su oferta festiva anual. Sin embargo, algo ha cambiado. Y para bien, a decir de casi todos los vecinos. Porque, aun siendo una festividad con mucha solera, profundamente arraigada entre propios y foráneos, la que se iniciará a las ocho de la tarde de mañana será la primera edición organizada por la recientemente constituida Comisión de Festejos de Granda, nacida como una escisión amistosa de la Asociación de Vecinos del lugar con el único propósito de centrarse en la puesta en marcha de esta mezcla equilibrada de ocio, cultura, gastronomía y tradición. Una palabra, ‘tradición’, que es de la que más se enorgullecen quienes empujan porque todo lo que rodea a este evento salga adelante.
«La nuestra es una fiesta muy tradicional, casi de las pocas que quedan en Asturias», reconoce, satisfecha, Lorena Rionda, responsable de comunicación y redes sociales de la Comisión. Y, a la vista del contenido del extenso programa, no le falta razón. Los juegos infantiles, las actuaciones musicales, las propuestas lúdicas, los platos que integran los menús gastronómicos… Prácticamente todo el contenido destila ese inconfundible aroma típicamente asturiano. Y nada de ello es fruto de la casualidad; hay una intencionalidad clara que sobrevive desde el origen mismo de este hito. Como ahonda Rionda, «lo trabajamos todo: la barraca es nuestra, no tenemos atracciones como puedan ser los coches de choque o ‘El Saltamontes’… No es nuestra función crear una fiesta multitudinaria, como pueda ser un Carmín o un Xiringüelu; trabajamos, sobre todo, para los vecinos, y así queremos seguir, aunque estamos abiertos a que todo el mundo se pase a disfrutar».
Con esa voluntad en mente, no es de extrañar que la elegida este año como pregonera, y que a las ocho de mañana ‘disparará’ el pistoletazo de salida de las fiestas, haya sido Marga Álvarez Barril, actriz y miembro de la ya extinta compañía Teatro Trama. Aquella agrupación, dirigida por la incombustible Elena Castro y que se disolvió coincidiendo con el estallido de la pandemia, estuvo activa la friolera de más de cuatro décadas. «Fueron muy importantes para Granda, y Marga, hasta que todo acabó, siempre estuvo ahí», rememora Carlos Rionda, padre de Lorena y también parte de la Comisión de Festejos. Por ello, quisieron rendirles un sentido homenaje, «una especie de recordatorio de lo que fueron e hicieron». La lectura del pregón dará paso a la elección de la Xana y del Trasgu de esta edición, sucedida a su vez por un vino español con el que, de hecho, se dará por concluida la jornada inaugural.
A partir de ahí es mucho y variado lo que Granda ofrecerá a sus habitantes y a los visitantes. El miércoles será el turno de la VIII Arrancadera, una jira campestre colectiva hasta el puente que cruza Les Vegues, y el jueves los protagonistas serán los niños, fiesta de la espuma incluida. El siempre importante aporte gastronómico se hará notar a partir del viernes, día de sardinada y tortos con picadillo, y cobrará fuerza el sábado, con la corderada vecinal y el taller infantil de repostería GrandaChef. Con todo, una vez más el punto álgido del programa de Santa Ana, fechado para las nueve de la noche del domingo 28, será la Nueche Celta, que ya acumula veinticinco citas, y que, en esta ocasión, reunirá al grupo folklórico Trebeyu, a la Banda de Gaitas de Gijón, a Davod Varela, a L-R y a la agrupación Felpeyu. Finalmente, el lunes se hará entrega del bollo y del vino a los socios, y se ofrecerá una cena de confraternización como clausura.
Ante semejante plantel de propuestas, está claro que la labor de la Comisión no desmerece a la realizada previamente por la Asociación Vecinal, su lógica heredera. Y el músculo está sano, qué duda cabe. «Una parte muy importante para que todo salga bien es la colaboración de los vecinos; siempre contamos con ellos, y responden muy bien«, afirma Carlos Rionda. Se trata, a su juicio, de «una manera generosa» de mantener viva una tradición que les permite no sólo disfrutar, sino también sacar pecho por algo que es, todos en Granda son conscientes de ello, algo que va camino de convertirse en único. En ese sentido, «ha venido muy bien constituir la Comisión; la Asociación Vecinal tiene otras tareas, otros objetivos. Todo está siendo mejor así. Y, si el tiempo nos respeta y no se cumple la mala previsión que hay, estamos seguros de que tendremos unas fiestas para recordar«.