Decenas de personas se manifestaron este sábado en las calles del barrio gijonés para mostrar su rechazo a un acto que consideran una muestra de militarismo, y para exigir una reducción del gasto en Defensa y su redirección a otras áreas
Con dieciocho ediciones en su haber, es imposible negar que el Festival Aéreo Internacional de Gijón es ya toda una institución en la ciudad, mal que les pese a algunas personas. Sin embargo, la igualmente dilatada historia que acumula a su espalda ha hecho que la ‘Folixa pola Paz‘, la protesta colectiva contra el militarismo que entraña el acto anterior, también se haya convertido, por méritos propios, en toda una tradición gijonesa. Y ayer sábado, apenas veinticuatro horas antes de que los vuelos acrobáticos y las exhibiciones de material aéreo militar programadas para hoy se desarrollasen sobre San Lorenzo, decenas de personas se congregaron en las calles de Cimavilla para clamar contra la multitudinaria actividad, y para exigir la redirección de los fondos del Ministerio de Defensa a áreas más necesarias para la ciudadanía. La suya fue una reivindicación poco alejada de las de años anteriores, pero en la que, cierto es, la ofensiva israelí sobre Palestina cobró una relevancia particularmente importante.
Con un programa elaborado conjuntamente por Acción en Red, la Coordinadora de ONGD del Principado (CODOPA) y el Conseyu de Mocedá, sus propuestas, en la práctica, ya habían tenido dos entremeses el viernes, en la Casa del Chino, con la inauguración de la muestra fotográfica ‘Cisjordania. La otra guerra’ de Mauricio Morales, seguida de un pasacalles hasta el Ayuntamiento. No obstante, fue ayer cuando se produjeron el grueso de las iniciativas reivindicativas. Mediada la mañana, y tras la lectura del cuentacuentos ‘Al Fin la Paz’, la escritora gijonesa Pilar Sánchez Vicente tomó la palabra y compartió con los asistentes el contenido del manifiesto redactado para la ocasión. «El desfile militar aéreo en Xixón, de nuevo, sirve de propaganda militarista y de guerra», comenzó, incidiendo en la visión de los participantes del Festival Aéreo como «una losa más en el pavimento de la degradación moral y ecológica del planeta». Datos como el gasto de combustible del caza Eurofighter, caballo de batalla del Ejército del Aire de España y gran estrella del evento de hoy, que «consume entre 2.300 y 7.500 litros por hora de vuelo, con un coste de 45.000 euros por hora», sirvieron para enfatizar ese último punto.
«¿Construiremos millones de grullas de papel, como la niña Sadako intentó, para que vuelen en la búsqueda de la paz?»
Pilar Sánchez Vicente, escritora.
En el discurso leído por Sánchez Vicente tampoco faltaron los ejercicios de historia. Concretamente, el recuerdo al lanzamiento de las bombas atómicas sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki al término de la Segunda Guerra Mundial. Así, la autora compartió con el público el significado del término nipón hibakusha, ‘persona bombardeada’, utilizado para describir a quienes sobrevivieron a aquellos dos ataques nucleares. Y recordó la figura de Sadako Sasaki, una superviviente de doce años que falleció una década más tarde, víctima de una leucemia maligna como consecuencia de la radiación, y que trató de hacer frente a su dolencia creando más de un millar de grullas de origami. «¿Construiremos millones de grullas de papel, como la niña Sadako intentó, para que vuelen en la búsqueda de la paz?«, planteó la gijonesa. Y concluyó el manifiesto invitando a que, entre todos, «construyamos la paz, rechacemos los desfiles y el exhibicionismo militar. Alto el fuego ya, en Palestina y en el mundo entero».
No obstante, la ‘Folixa pola Paz’ no terminó ahí. Juegos infantiles tradicionales y la actuación de Les Greques completaron la fiesta, al tiempo que diversos colectivos, tanto nacionales como extranjeros, aprovecharon para visibilizar las realidades de sus países de origen y detalles de su cultura. Especialmente llamativa fue la presencia de la delegación saharaui, que, fiel a su hábito, instaló una jaima desde la que visibilizar su ya larga lucha por recuperar su territorio, hoy en manos del Reino de Marruecos. La suya fue una de las acciones más seductoras para quienes se acercaron a un evento que, eso sí, dejó claro en todo momento un detalle no poco polémico año tras año: que su voluntad última no es aguar el Festival Aéreo a la ciudad de Gijón; sólo lograr la supresión de toda presencia militar del mismo. Una misión que, sin embargo, a la vista de la masiva afluencia que se espera que las exhibiciones de hoy registren, parece lejos de conseguirse… Al menos, de momento.

Por su parte, ese mismo Festival Aéreo comenzará a las 12 horas de esta mañana, e incluirá exhibiciones de unidades castrenses como las Patrullas Águila y Aspa, los helicópteros y aviones de la Guardia Civil y la Policía Nacional, el citado caza Eurofighter o la Parulla Acrobática de Paracaidismo del Ejército del Aire (PAPEA). Ahora bien, también habrá una nutrida presencia de aparatos civiles; por ejemplo, los ‘Helimer’ del servicio de Salvamento Marítimo, o las agrupaciones acrobáticas. Todo ello, además, podrá seguirse en directo a través de la TPA y, por primera vez, de la radio. Además, como gran novedad, la concejala de Seguridad Ciudadana, Nuria Bravo, a la sazón oficial del Ejército del Aire en excedencia y comandante del ‘Helimer’, estará presente en la tribuna de autoridades.
En cuanto al operativo de seguridad, y dada la gran afluencia de público que se espera para el evento, la Policía Local llevará a cabo cortes de tráfico y restricciones al estacionamiento. Concretamente, desde las 08.30 horas ha quedado cortado totalmente el tráfico en la avenida Rufo Rendueles en ambas direcciones. Los accesos a Cimavilla se tendrán que realizar a través de la zona de Óscar Olavarría, y los garajes afectados se verán inutilizados. Y también es posible que se produzcan también cortes en la calle José García Bernardo. Así mismo, se prohibirá el estacionamiento en la avenida Rufo García Rendueles, avenida de La Salle, Ramón Piquero y Campo Valdés, incluida la zona de autoridades. Al margen de todo ello, y por motivos de seguridad, estará prohibido el baño en la playa de San Lorenzo mientras dure la celebración del evento, como ya se hizo el pasado viernes durante los ensayos.
La guerra no es una fiesta, ni el festival aéreo es una guerra