Los argentinos Emiliano Ángel y Rodrigo Fortunato son los creadores de un proyecto nacido en Madrid, afincado en Asturias y que, con el apoyo de Gijón Impulsa y la agencia SEKUENS, ofrece equipamientos modulares fáciles de montar
No es necesario irse a los grandes descubrimientos de la Humanidad, a las máximas evoluciones tecnológicas o a los avances más revolucionarios que la ciencia ha dado para toparse con buenos ejemplos de innovación. A veces, basta una idea sencilla aplicada sobre un elemento de uso común para que se obre el milagro. Y esa es la filosofía que, desde septiembre del año pasado, guía los pasos de Emiliano Ángel y de Rodrigo Fortunato. Fue entonces cuando estos dos jóvenes argentinos, nacidos en la populosa Buenos Aires y, ahora, afincados en Asturias, tuvieron la idea a la que actualmente consagran sus carreras profesionales: convertir los portaequipajes para coches, las bacas de toda la vida, en un producto de montaje sencillo, fácil de exportar y, por extensión, de comercializar. El resultado es el Grupo Vuori, un proyecto que ha salido a la superficie de la mano de Gijón Impulsa y de la agencia SEKUENS, y al que estos días es posible aproximarse en Pabellón Impulsa de la Feria Internacional de Muestras de Asturias (FIDMA).
«Es algo así como el ‘modelo IKEA’ de las bacas«, ríe Ángel, diseñador gráfico de profesión. Tras una pequeña recala en Madrid, donde él y Fortunato fundaron la empresa, ambos optaron por trasladarse a Gijón, lugar de nacimiento de los abuelos del primero, y centralizar aquí un proceso cuyos resultados, a decir verdad, poco se apartan de los de la multinacional sueca del mueble. «Nuestros portaequipajes están hechos de metal, cierto, pero vienen en su caja, desarmados y acompañados de unas instrucciones de montaje muy sencillas«, detalla Ángel. De ese modo, han logrado derribar uno de los muros con los que las compañías de este sector suelen toparse: el que supone la dificultad de exportación. No en vano, «las bacas suelen ser muy voluminosas, lo que hace que los costes de transporte aumenten, y que su venta se suela limitar al ámbito cercano. Con nuestro sistema sorteamos eso». Y no les va mal, ciertamente; por el momento, «tenemos una buena recepción de los distribuidores, y la perspectiva de seguir creciendo«. Algo a lo que ayuda el que todas aquellas tareas que esta pareja de socios no es capaz de encarar por sí misma se haya externalizado «recurriendo a proveedores de proximidad«. Por ahora, sólo el metal les viene de fuera, proporcionado por la bilbaína Roku, aunque ya están buscando una alternativa asturiana.
¿Qué papel está jugando en esta evolución Gijón Impulsa? Uno doble y, confiesa Ángel, fundamental. Por un lado, desde el servicio municipal «se nos animó a aplicar el Cheque Emprendedor, que nos está siendo muy útil para dar forma al proyecto». Por otro, y no menos importante, Impulsa es la que ha puesto a Ángel y a Fortunato en contacto con SEKUENS, una pieza clave para conocer la legislación en materia de homologaciones que sus portaequipajes deben cumplir y, en consecuencia, para realizar los trámites que permitan aplicarla. «Esto ha sido lo más importante; gracias a ello, sabemos qué pautas seguir para que nuestros productos sean seguros y se ajusten a las regulaciones vigentes», concluye el primero. La gratitud se percibe en su voz; y es que, concluye, «Impulsa es de gran ayuda para las pequeñas empresas que están empezando, como la nuestra«.