
Marco Antonio Parada Suárez es gijonés nacido en pleno barrio de Cimadevilla. Hoy, muchos de los locales, no solo en Asturias, llevan su firma

Comenzamos nuestras charlas de verano con el arquitecto de interiores Marco Antonio Parada Suárez, gijonés nacido en pleno barrio de Cimadevilla, en la calle Fuerte viejo. En aquel momento Cimata no era lo que es en estos momentos. Nuestro protagonista necesitaba no solo sentir el arte, también quería verlo, así que abandonó su barrio y Gijón para estudiar Bellas Artes y Diseño Gráfico. Hoy muchos de los locales, no solo en Asturias, llevan su firma.
Descríbase.
Soy marica, playu y Mon Cherí. ¡Vamos, todo un «bombonazo»! De chocolate por fuera y un poco «repelentucu» por dentro.
Pues empezamos bien…
¡Bueno, bueno! Lo de Mon Cherí se lo digo porque fui, en su día, uno de los artífices de Gijón Goloso.
¡Ah! Ya me deja más tranquila porque verdaderamente no sabía muy bien a qué me enfrentaba.
A uno de Cimadevilla, nacido en la calle Fuerte Viejo.
¡Ye playu!
Me pasé media vida despotricando sobre el barrio, la ciudad…
¿Y eso?
¡Uy! Yo era artista y esto era una paletada.
¿Por qué volvió?
Mire, yo tengo un exmarido y una empresa en Málaga, otra aquí, y no me marcho de esta tierra ni de coña. Y le digo más, para el barrio soy el hijo gay de Mari y Ramón «el de Curtiplas».
¡Toma! ¿Se acuerda del primer loft que se hizo en el barrio, en Castro Romano 6?
Sí, que por cierto fue la comidilla de todo Cimata. Pues todo el mundo hablaba de él, pero nadie sabía que lo había hecho yo porque estuve unos treinta años fuera de Gijón.
¿Dónde vivió?
En Salamanca, Madrid… donde hubiera arte.
Pues ya notará un gran cambio.
Estoy encantado.
Y eso que hay mucha polémica porque los vecinos piensan que el barrio se convirtió en un lugar, digamos, menos familiar que antes.
Mire, las raíces de mi familia son de aquí y entiendo ese sentimiento que tienen ahora los vecinos, pero es que el barrio no es nuestro, es de todos los gijoneses.
Igual si no, no se hubieran restaurando los edificios, algunos se habrían caído.
Le digo más. No hay malos inquilinos, hay malos propietarios. Yo en la Costa del Sol tengo varias propiedades y no he tenido problema con ninguno de mis inquilinos. Hay que estar pendiente, si les hace falta algo, si se estropea alguna cosa, arreglarla… y ¡claro! Tenerlo todo legal.
A quién achaca la culpa de esto último.
Desde luego a la administración.
¿Y de todo lo que está pasando con el mundo?
En mi mundo, y lo digo con mucha pena, está habiendo un retroceso. Te vuelven a pegar por la calle por ser gay y no se puede permitir.
¿Está a favor de todo el movimiento, del día del Orgullo, las fiestas multicolores?
Es nuestra esencia. No es que esté orgulloso de ser así, es que soy así y cualquier motivo o ápice de discriminación debe de ser contestado y manifestado.
¿Y entiende que haya gente en este siglo que rechace las diferentes formas de amor?
Yo entiendo que para la gente que es religiosa o tenga una tendencia política en la que esté mal visto, se incomode, pero de ahí a pegarte e insultarte… aunque ya le digo que en nuestro colectivo hay mucha “capillita”. Al final es todo cuestión de amor.
Porque usted quiere mucho. Me llama la atención cómo se dirige a su perro.
Mascota de amor.
¿De nombre?
Flash. Al pobre lo rescataron de peleas de perros celebradas en Asturias, concretamente en Navia. ¡Terrible!
Hablemos de trabajo.
Yo estudié Bellas Artes por pintura. Siempre me gustó y de muy pequeño empecé a ir a clases con Roberto Joglar, pero ya en la carrera uno de los profesores, el de escultura, me dijo que yo veía las cosas en 3D.
¡Anda!
No sabe lo que me ofendió porque yo me consideraba pintor.
¿Y cómo llega al diseño gráfico?
Esa era una asignatura de tercero.
Le gustó.
Hice las dos especialidades, pintura y diseño. De aquella tenía novia.
¡No!
Varias novias. Esa es una especialidad del buen gay, tener novias.
Hay que probar de todo, ¡bueno! El que quiera…
Exacto. Y esto me sirvió también en la carrera, digo lo de probar de todo.
No le entiendo.
¡Mujer! Que al terminar la carrera se podían hacer diferentes másteres. Yo hice uno de interiorismo.
Y trabajó en CIAM diseño.
Las Letronas, son diseño de CIAM, de mi compañero Juan Jareño, que es un crack. En ese tiempo me di cuenta de que conceptuar los espacios me gustaba mucho.
Y es cuando conoce al que luego fue su marido.
Rober era el que se encargaba del interiorismo y escaparatismo de una marca que ahora ya no existe, así que de forma natural me fui metiendo en este campo, para el que, recuerde, ya había estudiado.
Digamos que su primer trabajo fue…
Un bar en Avilés que se llamaba El Sumu. Revolucionó el concepto de diseño de interiores. Recuerdo que los dueños ya habían encargado el trabajo a otra empresa, pero cuando tuvieron delante nuestra propuesta, no lo dudaron. Fíjese, al entregar el proyecto y ver las dos hojas que llevábamos, no eran más, me di cuenta de lo mucho que tenía en común con mi padre. Ya no está entre nosotros, pero lo admiro muchísimo.
Y el boca a boca es muy importante.
Hay que saber vender lo que se hace.
Y llegaron las viviendas.
Para tener un buen entendimiento con alguien que te encarga lo que será su hogar, hay que dejarle escuchar. Hay que sacarle esa casa que tiene dentro, pero que aún no sabe cómo es. No la ve. Para eso estoy yo, para plasmarla, enseñarla y hacerla.
Oiga y después de tenerlo todo hecho, ¿hay gente que arruga el morro con el resultado?
No, lo que hay es gente que no te paga.
¡Home ya!
Cómo se lo cuento, y desde la pandemia muchísimo más. Pero son los menos. Me enorgullezco de tener amigos clientes.
En fin, dejémonos de cara duras, como los que no pagan y cuéntenos su visita al Salto del Ángel en Venezuela.
¡Ay sí! El desaparecido Banco Banesto tenía unos premios. Había que presentar un trabajo plástico, musical o escrito. Los que quedaban bien iban a un programa de televisión que presentaba Inca Martín, ¿no se acuerda?
Necesito más datos para activar esta neurona que me queda…
Me llaman, me dicen que estoy seleccionado para el programa.
¿Pero qué había presentado?
Pues un dibujo que era una fusión de cosas y que incluía la cascada más grande del mundo, el Salto del Ángel, así que puedo decir que participé en una de las aventuras de Miguel de la Cuadra Salcedo, que simulaba los cuatro viajes que hizo Colón.
¡Anda! ¿Cuál hicieron?
El cuarto que realizó el descubridor, Rumbo Salvador Orinoco.
¡Oiga! Le digo una cosa, usted y yo tenemos para una semana de charleta, así que o dejamos aquí la entrevista o no habrá quién lea semejante “tocho”.
Aquí lo dejamos para miGijón, pero usted y yo seguimos.
¡Hecho!
Madre mía, quien conozca a Marco de toda la vida ,sabe que se cree sus mentiras ..En la vida su padre dió consejos ni a él ni a ningún hijo, ni podía ver a los homosexuales, ni es playu, su hermano Monchu y su padre eran los únicos .Y dice que hay gente que no paga ?? Hay Marco ,tú debes hasta de callar…!!!
Lo conozco desde que el tenia 13 años .. y fuí 20 años su cuñada .