El stand de Gijón Impulsa abre su espacio a este proyecto, el sueño hecho realidad de la psicóloga Dolores Rizo Vidal, y un punto en el que el visitante puede descubrir sus terapias, participar en talleres y, en suma, «entrenar su cerebro»
Han hecho falta muchos clamores al unísono y un buen puñado de hechos dramáticos para lograrlo pero, al fin, la preocupación por la salud mental ha conseguido hacerse un hueco sólido en el debate colectivo de la sociedad actual. Un triunfo de y para todos, no cabe duda, pero que no debería restar méritos a aquellos profesionales de dicho campo que desarrollaron su labor en esas épocas cercanas en las que alzar la voz y reconocer un malestar anímico o psicológico era poco menos que motivo de estigmatización. Dolores Rizo Vidal conoció aquellos tiempos. En 2005, tras un breve periodo de tres años en Madrid, esta cartagenera de nacimiento cambió la capital del país y su Mediterráneo natal por una Asturias de la que, desde entonces, no se ha movido, y en la que ha desarrollado su trayectoria como psicóloga, marcada por la experiencia constante y por el aprendizaje perpetuo. El último escalón de esa evolución lo subió hace sólo ocho meses, en enero de este 2024, con la apertura de su propio centro: DRV Psicosalud. Un espacio ubicado en el número uno de la gijonesa calle Tomás Zarracina, y desde el que Rizo ofrece sus servicios especializados en una técnica concreta: la hipnosis clínica. Sus resultados pueden verse estos días en el stand de Gijón Impulsa, en la Feria Internacional de Muestras de Asturias (FIDMA), complementados con múltiples talleres, charlas y actividades complementarias.
«Esa forma de intervenir es la clave, el elemento diferenciador«, detalla Rizo, quien también ejerce como coordinadora del Grupo de Trabajo de Hipnosis Clínica del Colegio de Psicólogos del Principado. Porque, prosigue, el recurrir a la hipnosis, en comparación con otro tipo de técnicas, «nos permite acceder de una forma más profunda, eficaz y rápida a los bloqueos, las emociones, los traumas… A todo aquello que, a nivel emocional, no nos deja avanzar». Tal descripción, junto con el uso de la palabra ‘hipnosis’, podría llegar a suscitar recelo en algunas mentes, pero semejante disciplina está ya consolidada, y la desconfianza, ampliamente disipada. Por medio de la hipnosis, Rizo y su equipo logran avanzar por ese nivel del subconsciente, obteniendo, además, un mayor grado de receptividad por parte del paciente. Gracias a ello, «llegamos a producir cambios y muchas mejoras en la calidad de vida de las personas«.
Aunque pueda resultar sorprendente, quienes reclaman los servicios de DRV Psicosalud no son celebridades, amantes de lo exótico o grandes nombres de lo místico. Por el contrario, los pacientes de Rizo «son personas completamente corrientes, que ni siquiera es necesario que hayan pasado por grandes traumas». Y eso reside, de hecho, una prueba más de esa progresiva y celebrada normalización de la atención mental. «Vivimos a un ritmo en el día a día que interfiere bastante en nuestra salud psicosocial y psicológica», relata; es más, puede, incluso, fijar el punto de inflexión, el momento exacto en que todo cambió. Y fue, por tópico que parezca, la pandemia del coronavirus. «No es que haya más problemas psicológicos desde entonces, pero sí se ha tomado más conciencia de que existen y de que precisan ser tratados. Eso nos hace tomar conciencia de que somos vulnerable y frágiles, y tenemos que aprender a manejar nuestro estado mental para que nos acompañe en la vida. La idea fuerza es que no lleguemos a quedarnos sin recursos«.
La misma DRV Psicosalud ha precisado algunos de esos recursos, fundamentalmente en forma de visibilización del negocio y apoyo en el plano tecnológico, una serie de necesidades vitales para la supervivencia y crecimiento de una empresa que, en buena medida, Gijón Impulsa está subsanando. «Para mí, para nosotros, Impulsa es un medio muy importante a la hora de darme a conocer, y dándome apoyo profesional y técnico«, relata Rizo. No obstante, aparte de esa asistencia, Gijón Impulsa también ha facilitado a este centro el acceso a distintas líneas de ayudas aunque, insiste la fundadora de DRV, «el principal apoyo el esa visibilidad. Que la gente sepa que estamos aquí, lo que hacemos y de qué modo podemos ayudar. Al final, lo que proporcionamos es un entrenamiento con nuestro cerebro para sacarle su mayor potencial«.