La presidenta regional de la asociación ha denunciado la falta de relevo generacional como problema principal al que se enfrentan los negocios minoristas asturianos
La Unión de Comerciantes del Principado de Asturias decidió hacer de su visita a la Feria Internacional de Muestras un homenaje a aquellos pequeños comercios con más de 25 años de trayectoria en la asociación. Aquellos que, como mencionó la concejala gijonesa de Servicios Sociales, Ángeles Fernández Ahuja durante su intervención en el acto, configuran la «identidad de una ciudad» y se convierten en recuerdos de vida para aquellos que la habitan. La tienda de arreglos «más antigua de los barrios del Coto y La Arena», un negocio de electrodomésticos de los de solera para los vecinos de Laviada o un local de lencería abierta en avenida La Costa desde hace 55 años han sido tres de los diez comercios gijoneses que han recibido su distinción en el ferial coincidiendo con el Día del Comercio.
La situación del sector se ha convertido en el tema de conversación del que han hablado las representantes que participado en el acto y en la que la presidenta de la Unión de Comerciantes en Asturias, Sara Menéndez, ha puesto especial hincapié. Para Menéndez, el problema principal al que ahora se enfrenta el comercio minorista en la región pasa por la falta de relevo generacional en este tipo de empresas que «no tienen a nadie detrás» cuando llega la jubilación de sus primeros emprendedores. Según datos de la asociación, «el 35% de autónomos del pequeño comercio en Asturias y en España son personas mayores de 55 años» y por ello para revertir la situación, la responsable ha sugerido que aquellas empresas ya instaladas y consolidadas podrían hacerse cargo de las que se jubilan y así seguir dándoles continuidad, además de que las administraciones dieran mayor estabilidad económica a estos proyectos con campañas de promoción como lo fueron los Bonos del Principado o planes de fidelización de clientes de ayuntamientos.
Menéndez ha hecho un llamamiento al Gobierno asturiano y la consejera de Transición Ecológica, Industria y Desarrollo Económico del Principado de Asturias, Nieves Roqueñí, para enfatizar que este «tiene en su mano la posibilidad de diseñar el futuro económico y comercial» de los negocios regionales, recordando que «las asociaciones comerciales que formamos parte de FADE como la Unión ya hemos dicho alto y claro que no queremos abrir los polígonos industriales a las grandes superficies». En alusiones indirectas a los planes de aterrizaje de algunos gigantes del comercio como Amazon o Costco Wholesales, la presidenta ha dejado claro que, en su opinión, «por mucho que una gran superficie de capital extranjero prometa crear 100 puestos de trabajo, esto no supone un desarrollo estratégico para Asturias». En su lugar, ha defiendo el papel tractos de «las empresas que llevan toda la vida invirtiendo» en el territorio a las que «nadie va a venir a dar lecciones de innovación».
Roqueñí también tuvo la oportunidad de valor el «apoyo decidido» del Ejecutivo asturiano al comercio minorista recordando tres importantes ejes desde los que trabajan para ayudar a su desarrollo. El primero se ocupa de la mencionada falta de relevo generacional a través de un proyecto piloto en Luarca en colaboración con la Cámara de Comercio. A él se une un segundo eje de sostenibilidad y economía circular, sobre lo que se trabaja directamente con la Unión de Comerciantes y con Cogersa y un tercero de digitalización, sobre el que se va a lanzar un nuevo programa.
FADE llama a la calma a las empresas asturianas ante la inestabilidad de los mercados
Durante la jornada en torno a las pequeñas empresas también hubo tiempo para mirar hacia el exterior y, preguntada por los medios, la presidenta de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE), María Calvo, hizo su particular valoración sobre el posible impacto que podrían sufrir empresarios asturianos ante la caída de Bolsas que se sufrió el «lunes negro», con el anuncio de una posible recesión en EEUU que afecte a los mercados. Ha recalcado que las empresas patrias han demostrado saber adaptarse desde la pandemia de la COVID-19. Calvo se muestra prudente y sostiene que hay que ver cómo se desarrolla el verano. «Inestabilidad, pero cierta calma, no una preocupación inmensa», zanjó.