Alejandra Tassis es toda una leyenda en la docencia del baile en Gijón. Del barrio del Cerillero ha formado a un sinfín de niños y niñas que hoy muestran su arte por los escenarios de toda Europa
Junto con su hija Rebeca Tassis, cuenta con una compañía de danza galardonada hace un par de años con el Premio Jovellanos a la Producción Escénica por “La bestia negra”.
¿Cuándo empezó a bailar?
En el colegio San Vicente, donde estudiaba.
¿Pero ya contaban con la asignatura de baile?
A ver, para las actuaciones y festivales del colegio siempre se preparaba alguna actuación, así que sí, había alguna clase. Con los años comenzó a impartir como profesora Mari Carmen.
¿Habla de Carmen Elvira?
Sí, sí. Yo empecé con ella y estudié en su centro.
Y alguna compañera que yo conozco también
¡Claro! Mire en esos años 70 nos conocimos María Jesús López, Begoña García, Susana Bango…
Cuéntenos de esa época
Era complicado formarse porque aquí no había, digamos, lugares homologados para examinar.
Pero usted tenía claro que quería dedicarse a esto
Se lo cuento. Mi padre es vasco y yo tenía unas primas que hacían la carrera de baile allí.
Y usted también quería
Pues eso, ¿por qué ellas sí y yo no?
¿Y cómo hizo?
Diciéndoselo a Mari Carmen, que estaba muy relacionada y seguramente sabría cómo hacer. Comenzó a darme clases a mí y a las compañeras que antes nombré, para ir a examinarnos a Madrid, al Teatro Real, y poder hacer lo que se llamaba el ingreso y empezar la carrera.
¡Que me cuenta!
Año tras año, según íbamos aprobando cursos, teníamos que viajar a la capital a examinarnos.
Osea, para que se entienda, ¿ustedes se preparaban aquí y se examinaban en el Teatro Real?
Eso es, y yo hice Danza Española y Clásico.
¿Recuerda el primer examen?
De los nervios…fíjese, la primera nota era siempre qué “cuerpu teníes”.
Ya…muy de…
Sí de eso que usted piensa.
De dictadura.
Es que era todo muy de esa época, de Sección Femenina. Era lo que había…afortunadamente ahora no tiene nada que ver.
Cambiando de “temazo” ¿Cuándo acabó la carrera?
¡Ay nunca se acaba! Yo seguí preparándome en Madrid, Barcelona (en esta última ciudad se formó mi hija Rebeca y mi sobrina) La formación no se para nunca…
Y esa formación, entiendo que se la pagaba usted.
¡Claro! ¿Quién la iba a pagar?
Menos mal que todo esto cambió.
Por lo menos ahora los méritos propios cuentan, antes ya le digo que no. Y otra cosa, ahora la persona que decide estudiar esta carrera, no está mal vista, antes sí.
Ya, antes era para vagos y maleantes. También me contó lo mismo la actriz Cris Puertas, la última entrevistada.
Las bailarinas tenían otro nombre más feo…ya me entiende.
¿Cuál fue su primer trabajo?
Lo mío siempre fue y es la docencia. Comencé en uno de los colegios de El Llano y en diferentes gimnasios donde se impartían clases de baile.
¿Nunca le interesó bailar con alguna compañía?
Me casé a los veinte años. Yo también era de “aquella” generación.
¿Su marido era también artista?
No y nunca me prohibió bailar, sino lo hubiera “ventilao” (se ríe).
Tiene tres hijos
Dos hijas, una se dedica al baile, y un hijo.
Ahora estamos en el siglo XXI y en el año 2024 y me consta que usted prepara a mucha gente para que puedan acceder al conservatorio de Música y Danza
Sí, es un trabajo muy gratificante. Hay gente que tienen actitudes físicas, pero no mentales y par dedicarse a esto hay que tener ambas.
Hay que ser una persona fuerte
Muy dura. Hay que gestionar el dolor y el sacrificio porque mientras usted está haciendo una carrera de baile, también está estudiando en el colegio o el bachiller…
Salir poco…
Y eso cuénteselo a un chaval o una chavala. Por eso le digo, que para dedicarse a esto hay que ser muy fuerte mentalmente. Con este tipo de carreras o profesiones, nunca se puede bajar el listón.
¿Con qué expectativas va la gente a prepararse?
Sobre todo, lo que tengo que crear son consumidores de danza.
Me gusta eso.
Mire, en cuarenta años que llevo preparando a gente para acceder a la carrera, igual han destacado, ¿cuatro?
Uno de ellos mi amigo Nicolás Alcázar, bailarín en Staatstheater en Nuremberg
Por ejemplo, él cuenta que allí el teatro se llena todos los días del año.
¿Qué hay que hacer aquí para que ocurra eso?
Por lo pronto, contar con un ballet.
¡Es verdad!, no hay ballet
Los padres y madres llevan a sus hijos o hijas a clase de baile, pero no se quedan, cosa que no ocurre, por ejemplo, con el futbol.
Algo hacemos mal
En conjunto eh, por eso digo lo importante de crear consumidores de danza.
¿Hay edad para bailar?
No, rotundamente no la hay. Sí para hacer la carrera, pero nunca para bailar.
Última pregunta, ¿por qué no le gusta salir al escenario a saludar.
Mire los bailarines somos muy narcisistas.
¿Y?
Cuando no te gusta lo que ves en el espejo, llegó tu hora de no mostrarte, por lo menos es lo que yo opino.
Serán aptitudes.