La compañía energética ha llegado a FIDMA 2024 para abrir un espacio de debate, motivados a impulsar y financiar la transición energética a través de las Comunidades Energéticas Locales
El desarrollo de las Comunidades Energéticas Locales (CEL) supone una de las grandes innovaciones en cuanto a la transición energética se refiere. Definidas como una entidad jurídica sin ánimo de lucro que genera su propia energía, las CEL son introducidas por MASNORTE con el apoyo de la Feria Internacional de Muestras de Asturias (FIDMA), que trae a esta edición 2024 una charla en la que cuatro expertos han explicado a los asistentes el proceso de implantación de estos proyectos sostenibles. Para su puesta en marcha, este tipo de grupos precisan la ayuda de ayuntamientos y entidades institucionales, a las cuales proponen un enfoque distinto dependiendo de los intereses de cada comunidad. Durante la captación de posibles clientes, la Fundación Asturiana de Energía coordina la oficina de transformación para divulgar este modelo entre los concejos asturianos. Según comentó Rosa Alonso, adjunta técnica al director en Fundación de Asturias de Energía: «asesoramos a los ciudadanos y les recordamos que el proyecto va a tener éxito seguro, puesto que los ahorros energéticos que genera van a ayudar a que el servicio se amortice». En cuando al papel de las CEL, Javier Fernández Font, vicepresidente de UNEF, recalcó que la importancia de las Comunidades Energéticas Locales reside en ser «un pilar fundamental para el desarrollo de la Industria», suponiendo como principal dificultad la simplificación de los temas legales para el correcto entendimiento del proyecto por parte de los consumidores.
Mediante su funcionamiento, se consigue la creación de un programa de autoconsumo personalizado para cada municipio. Con su desarrollo, se pone en marcha la generación, distribución y comercialización de energía, lo cual supone la conversión de una iniciativa en proyectos reales. Luis Molano, consejero delegado de Senda Comunidades Energéticas, aclaró que el arranque del proyecto se subdivide, por un lado, en el momento que empieza a operar jurídicamente y, por otro, cuando verdaderamente empieza a generar ahorro. La flexibilidad que implica asignar a cada miembro la energía que necesita en cada momento existe gracias a una cuota de financiación donde «se vincula la financiación a la vida útil de las instalaciones, por lo que, desde el primer momento que el proyecto comienza a generar ahorro, los participantes pueden salir y entrar en la Comunidad en cualquier instante», recalcó Molano bajo un diseño que engloba a tres tipos de usuarios distintos: entidades locales, ciudadanos de a pie y PYMES, todos ellos podrán dar los primeros pasos hacia la transición energética mediante un proyecto que promete soluciones eficientes dirigidas a cada situación concreta.