Se trata de la cifra más alta de la que se tiene constancia en la región; entre tanto, el Gobierno autonómico avanza en el diseño y regulación del Observatorio de Agresiones a Profesionales, que se espera que sirva de preventor y freno
Fue el colectivo más elogiado y solicitado durante los oscuros tiempos de la pandemia del coronavirus, foco de aplausos cada atardecer desde las ventanas de millones de hogares españoles. Sin embargo, con el COVID aparentemente relegado al pasado, el personal sanitario ha vuelto a ser objeto de escarnio por parte de ciertos ciudadanos insatisfechos… Y, en el caso concreto de Asturias, de una forma radicalmente ampliada. Tal como el Servicio de Salud del Principado (SESPA) ha hecho público este domingo, en 2023 sus plantillas sufrieron un total de 413 agresiones, 108 de ellas físicas, en la que es la cifra más elevada de la que se tiene constancia. Un balance inquietante, que convierte al pasado en el annus horribilis de la atención sanitaria pública asturiana, y que ha dado alas al área en cuestión para acelerar el diseño y regulación del que será el Observatorio de Agresiones a Profesionales.
El órgano resultante tendrá carácter colegiado, consultivo y de participación, y, en líneas generales, se encargará de analizar y evaluar los riesgos en centros y servicios sanitarios de la red pública. Este instrumento también permitirá formar al personal para hacer frente a situaciones de este tipo, así como proponer actuaciones de prevención e intervención para la mejora de la relación entre profesionales y usuarios. El proyecto de decreto ya se ha presentado al Consejo de Salud, y ahora se encuentra en fase de participación pública, con el consiguiente período de alegaciones para que todas las personas y entidades interesadas puedan formular propuestas. Una vez analizadas todas ellas, se ajustará el texto definitivo del decreto. Seguidamente, el documento se elevará al Consejo Consultivo para recabar su dictamen. La tramitación finalizará con la aprobación del Consejo de Gobierno.
Por lo que respecta a sus funciones, en primer estrato el Observatorio ejecutará estudios que permitan un mejor conocimiento de la situación de las agresiones en los centros sanitarios del SESPA, aparte de elaborar una memoria anual de sus actividades. Más allá de ese punto de partida, será su deber impulsar planes formativos que incluyan la metodología de actuación ante situaciones violentas en el sector sanitario, el trato correcto y la comunicación fluida entre profesionales y usuarios, así como promover encuentros entre profesionales y expertos para facilitar el intercambio de experiencias, investigaciones y trabajos sobre la prevención de las agresiones. Del mismo modo, orientará al personal del SESPA en la resolución de situaciones de conflictividad en su entorno laboral con los usuarios, y elevará a la gerencia propuestas para la disminución de las agresiones a profesionales. Por último, sus integrantes realizarán un un seguimiento y control de las agresiones para disponer de datos actualizados y facilitar su explotación.
Las áreas de salud Mental y Psiquiatría, las más tensionadas
Todo lo anterior, sin embargo, llegará demasiado tarde como para revertir lo sucedido en 2023, con esas 413 agresiones. Según el informe facilitado por el SESPA, los servicios de Salud Mental y las unidades de Psiquiatría fueron las áreas en las que se produjeron más ataques, seguidas por las consultas y las plantas de hospitalización. En cuanto a los perfiles, en el 61% de los casos los agresores fueron hombres y usuarios del sistema sanitario, mientras que las mujeres mayores de 55 años representan el perfil que mayor número de agresiones sufrió. Respecto a la ocupación sanitaria, las más afectadas por los ataques fueron la enfermería y el colectivo de técnicos de cuidados auxiliares de enfermería, seguidos por facultativos y personal de administración. También padecieron ataques ciertos profesionales no sanitarios, como los celadores.
La principal causa de las agresiones estuvo relacionada con las demandas de los usuarios. A continuación figuraron los motivos relacionados con los propios actos sanitarios o administrativos realizados.