El equipo sub14 regresa a casa desde Estados Unidos tras haber participado en las Series Mundiales de la Pony League, disputada en Pensilvania, y haber logrado el primer hit de una mujer en la historia de esa competición
España es tierra de fútbol. Sería absurdo cerrar los ojos a la evidencia. Quizá algún día deje de ser así, pero la condición de ‘deporte rey’ todavía persiste con fuerza, confirmada tanto por el volumen económico que sus competiciones mueven, como por el furor que entre el público causan sus partidos y jugadores. Sin embargo, cada vez más otras actividades atléticas van ganando peso entre la afición: el baloncesto, el tenis, el balonmano, el vóleibol… ¿Y, quizá, también el béisbol? El tiempo lo dirá, desde luego, pero el reciente periplo del gijonés SBS Baseball Academy de Gijón en las Series Mundiales de la Pony League estadounidense podría se el pistoletazo de salida de una ‘edad de oro’ de ese deporte tan netamente norteamericano en España. Su equipo sub14 ha regresado a casa desde el estado de Pensilvania tras haber dado lo mejor de sí en dicho evento, sin haber quedado primero, cierto, pero habiendo protagonizado un hito para el recuerdo: el primer hit de la historia de la competición hecho por una mujer.
La autora de semejante proeza, que se da cuando el bateador coloca la pelota dentro del terreno de juego y alcanza, al menos, una base sin que se den errores en la defensa contraria, o se declare algún fuera de juego, fue la joven Lila D’Hauteville, que donó la pelota Museo de la Pony League, junto con una réplica en miniatura de las ‘letronas’ que se yerguen en los Jardines de la Reina. Todo un buen sabor de boca que en nada amarga el haber sido derrotados por la alineación de Míchigan en el partido de vuelta por cinco a tres, tras un partido de ida en el que los asturianos se impusieron por tres a cero, y que siguió a una derrota inicial por once a cero ante los neoyorkinos del Bronx. Aun así, el, hecho de haber llegado al país de las barras y las estrellas, logrado gracias a su victoria sobre Praga en el Europeo, será recordado en los anales del SBS, que ya se prepara para futuras glorias. Y estas, quizá, no ya con un perrito caliente en las manos, sino, por qué no, con un buen cuenco de fabes.