Se encuentra en una zona conocida por su pasado fabril y su importancia en el desarrollo industrial asturiano
Quizá su nombre haya caído un poco en el olvido para muchos, después de dar paso a compañeros como el ibuprofeno y el paracetamol, pero la Aspirina sigue ocupando un papel importante en la producción farmacéutica y se ha ganado la categoría de ‘histórico’ tras pervivir en la medicina desde hace algo más de un siglo. El ácido acetilsalicílico fue durante años y sigue siendo uno de los medicamentos más consumidos en el mundo y su fabricación y comercialización pertenece a la multinacional alemana Bayer.
Sin embargo y pese a la lejanía de su origen y su gran alcance, muchos asturianos alucinarán al saber que la producción completa de su medicamento se realiza desde una fábrica localizada en Asturias. Tal y como publica hoy ABC, la planta de la industria alemana ubicada en La Felguera, es responsable del 100% de la producción del ácido acetilsalicílico que se utiliza en cada Aspirina distribuida en el mundo al tratarse de su compuesto principal.
¿Pero y cómo fue a parar una fábrica de Aspirinas a las cuencas mineras? Pues bien, según explica el diario, la apertura de la fábrica farmacéutica tiene origen en los años de dictadura franquista. En ese momento, se fundó la empresa Proquisa o ‘Productos Químicos Sintéticos’ en la localidad langreana de forma estratégica, para así aprovechar la infraestructura industrial existente en la zona de las cuencas y la mano de obra cualificada que había entonces en esta etapa de desarrollo industrial asturiano.
Al principio, Proquisa «se dedicaba a la producción de productos químicos esenciales para la industria», cuenta ABC, pero en 1958 a partir de un acuerdo firmado entre la potencia alemana y española, la planta se especializó en la producción del ácido acetilsalicílico. Ya en 1969, Bayer adquirió la planta e inició un proceso de modernización y expansión, haciendo de ella su centro de producción principal del componente. En los 80 se haría productora global de la Aspirina y en la Felguera se temrinarían produciendo millones de pastillas diariamente para abastecer al mundo entero de esta medicina. Se trata de una muestra más del pasado fabril que rezuma aún hoy en unas cuencas mineras con mucha historia industrial a sus espaldas.