La delegada del Gobierno en Asturias se suma a las sonadas ausencias de Adrián Barbón y Juan Cofiño: “No quiero que mi presencia sea una excusa para lanzar soflamas”
La delegada del Gobierno en Asturias, Adriana Lastra no asistirá a la tradicional misa del Día de Nuestra Señora de Covadonga el próximo 8 de septiembre, tal y como corroboran a este medio fuentes de la Delegación de Gobierno en Asturias. La política ovetense ha explicado que su decisión busca evitar que su presencia sea utilizada como «una excusa para lanzar soflamas» y ha querido dejar claro que el Día de Asturias debe ser «un día de unión y concordia».
«Soy creyente, nunca lo digo, pero lo soy. Y el año pasado en la homilía se criticó a las mujeres que sufren violencia de género, algo que es intolerable», ha declarado, quien ha recordado que nunca hubo problemas con la homilía «hasta hace unos años, justo coincidiendo con la llegada de Pedro Sánchez a la Presidencia». Además, la delegada ha invitado al arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, a la reflexión sobre sus mensajes durante la homilía: «Hablé con él en privado y ambos tenemos firmes nuestras convicciones».
Ausencias destacadas en la ceremonia
La ausencia de Adriana Lastra se suma a las ya anunciadas por el presidente del Principado, Adrián Barbón, y el presidente de la Junta General, Juan Cofiño. Ambos han decidido no asistir a la misa en Covadonga, citando como motivo las polémicas declaraciones realizadas en años anteriores por el arzobispo Sanz Montes. El año pasado, durante la homilía, el arzobispo arremetió contra temas como la Agenda 2030, la eutanasia, el aborto y el feminismo. Sus palabras generaron críticas por parte de diversos sectores que las calificaron de «discursos despectivos, de confrontación y profundamente políticos y ultraderechistas».
Polémica en torno a la homilía
Las declaraciones del arzobispo han abierto un debate entre quienes consideran sus mensajes como discursos de odio y quienes defienden su derecho a expresar sus opiniones. Sanz Montes ha utilizado en ocasiones sus homilías y redes sociales para criticar ciertas políticas y movimientos sociales, lo que ha generado tensiones con representantes políticos y colectivos. La última decisión de altos cargos del Gobierno y del Principado de no asistir a la misa del Día de Covadonga marca un punto de inflexión en las relaciones institucionales con la Iglesia en Asturias.