Parece populista plantear una medida legalmente imposible, económicamente inviable y, desde un punto de vista liberal, totalmente inmoral
«For a nation to try to tax itself into prosperity is like a man standing in a bucket and trying to lift himself up by the handle»/»Que una nación intente alcanzar la prosperidad mediante impuestos es como si un hombre se metiera dentro de un cubo y tratara de levantarse por el asa« Winston Churchill
Javier Milei define al Estado como una “organización criminal que vive de una fuente coercitiva de ingresos denominada impuestos”. Sin entrar en este artículo en lo acertado o no de esta idea, es innegable que el Estado posee el monopolio de la violencia, y lo utiliza para financiarse.
Por desgracia, pocos son los gobiernos que intentan bajar impuestos. Por el contrario, casi todos avanzan en la senda del incremento del gasto. En palabras de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, “la captación de dinero del contribuyente es una exploración que nunca se acaba. El Ministerio de Hacienda trabaja permanentemente para que los que más tienen paguen más…”.
Y en eso está también Yolanda Díaz, quien, preocupada por su caída en barrena en las encuestas, se asoma a los medios de comunicación con una ocurrencia tras otra. La más reciente es la eliminación de la exención del IVA a la sanidad y educación privadas. Apela para ello al artículo 31 de la Constitución. Curiosa interpretación la suya.
Artículo 31. Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún caso, tendrá alcance confiscatorio.
Desconozco que entiende esta señora por “confiscatorio”, pero será difícil cuestionar que todo lo que pase del 50 % lo es. Dado que el Día de la Liberación Fiscal fue calculado en 2024 para el 30 de julio, parece claro que ya hemos pasado de largo ese punto. No parece procedente, por tanto, aumentar aún más la presión impositiva.
Por otro lado, la exención del IVA de estos servicios está amparada por el artículo 131, capítulo 2, de la Directiva 2006/112/CE, creada precisamente para homogeneizar estas prácticas en los Estados miembros. Si desea modificar esta norma en España, suerte con la UE. Por otro lado, ¿ha pensado en las consecuencias de esta medida? Suelen ampararse en que aumentaría la recaudación, pero no sería así.
Los millones de personas que utilizan la sanidad y educación privadas en España, contribuyen con sus impuestos a la financiación de sus homónimas públicas, siendo además servicios que no utilizan. Si se les suben los precios de forma tan drástica, la mayoría optará por irse a la pública, colapsándola aún más.
Si esto sucede, ¿han calculado cuántas empresas cerrarían en estos sectores? ¿Cuántos trabajadores de esos que Yolanda dice defender se irían al paro? Ya les adelanto que sería un shock importante para la economía española. Estudios de entidades como Airef indican que este tipo de medidas supondrían un gran incremento del gasto público.
Parece populista plantear una medida legalmente imposible, económicamente inviable y, desde un punto de vista liberal, totalmente inmoral. Lean a Jesús Huerta de Soto o a su referente, el gran economista americano Murray Rothbard, a este respecto.
#VVLC
Fernando Sicilia es economista y miembro del Club de los Viernes